Rafael Feito. | RAFAEL-FEITO BLOG
Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Feito (Madrid, 1961) ha dedicado su vida a indagar en las causas del fracaso escolar y en la incidencia del origen social en la escuela. Dedicó su tesis a la participación de los padres en el control y gestión de la enseñanza y desde entonces ha publicado varios libros e innumerables artículos en medios nacionales. En la actualidad es profesor de Sociología de la Educación.
-¿Qué relación hay entre la formación de la madre y el éxito del hijo?
“Es muy acertado preguntar por la formación de la madre en lugar de por la del padre, ya que aquella correlaciona mucho más con el rendimiento escolar de los hijos que esta. Los datos de cualquiera de los informes PISA son contundentes: a mayor nivel educativo de las madres, mayores posibilidades de obtener mejores resultados académicos. Junto a ello habría que considerar el nivel socioeducativo de la familia, el cual, además de la educación, incluye aspectos como el tipo de trabajo (su cualificación) que desempeñan sus miembros y los consumos culturales del hogar (número de libros, conexión a Internet, etcétera)”.
-¿Qué considera que influye más en el rendimiento académico: las políticas educativas (inversión y leyes) o la clase social?
“No es mi opinión o mi consideración lo que cuenta. Los datos objetivos son clarísimos: la clase social. Es sabido que si Canarias tuviera un porcentaje de profesionales de nivel superior como el de Cataluña o si España lo tuviese como el de Finlandia, los resultados en las pruebas PISA igualarían a Canarias con Cataluña y a España con Finlandia. La inversión por sí misma no es garantía de igualdad. Y lo mismo cabe decir de las leyes: estas por sí mismas no cambian la realidad (lo vimos con la LOGSE)”.
-Las desigualdades de género en la educación no solo se han reducido, sino que se han invertido. ¿Por qué no se ha avanzado tanto con las desigualdades relacionadas con la clase social o con el origen étnico?
“Se han reducido en los niveles educativos preuniversitarios. Es más que sabido que en la universidad hay titulaciones con un considerable mayor peso de un género u otro. Ahora, más bien, tenemos dos problemas. Uno, ya antiguo, y es el de por qué los chicos -a partir de la adolescencia, no antes- son mejores que las chicas en Matemáticas (aunque en algunos pocos países no es así). Y, el otro, es el del menor rendimiento de los chicos que de las chicas: suspenden más, obtienen peores notas y demás. El universo cultural de la escuela sigue siendo un reflejo de la cultura de los grupos dominantes. Habitualmente quienes tienen éxito en la escuela viven en familias estables, con padres que insisten en que sus hijos estudien pese a la irrelevancia de la mayor parte de los contenidos escolares, que tienen el sustento económico que permite una visión a largo plazo (los hijos pueden estudiar porque la familia no precisa de sus ingresos y además los propios padres pueden desarrollar en su trabajo la idea de carrera profesional), que visitan museos, que pagan academias de inglés (o las que hagan falta), que están en condiciones de dialogar de tú a tú con el profesorado, la dirección del centro y la inspección educativo, tienen una visión más o menos individualista del mundo (en la escuela se suele trabajar aisladamente). Con respecto a las minorías étnicas, no a todas les va mal. Los contraejemplos son los asiático-americanos en los Estados Unidos o los judíos en todo el mundo. Sin embargo, a los gitanos en España les va fatal. Los gitanos suelen vivir en entornos de bajo o bajísimo nivel socioeducativo. A los inmigrantes les suele ir peor que a los autóctonos, al menos en Europa. No ocurre así ni en Canadá ni en Australia. A medida que los inmigrantes o bien han nacido en el país receptor o llevan más tiempo en este, se reducen las diferencias con relación a los autóctonos”.
-Según el Gobierno, en Canarias hay 16.000 hogares sin ingresos donde al menos vive un menor de 16 años: ¿cómo puede influir eso en los resultados educativos?
“Tal y como están las cosas, posiblemente esos alumnos tengan que comer en el colegio, incluso en los periodos vacacionales, y no tendrán dinero para libros de texto. Pero tampoco lo tendrá para consumos culturales o para tener una conexión a Internet en casa. Por supuesto, no se podrán pagar una academia o clases particulares”.
-¿Hay alguna relación clara entre el número de hijos y el nivel formativo de la madre?
“No dispongo de datos. Sabemos que un menor nivel educativo de la madre no solo se traduce en que pueda tener más hijos que la media (que no se olvide que en España es muy baja), sino, y esto es lo más problemático, que los tenga siendo muy joven -incluso menor- y que sea una madre soltera”.