Por primera vez, los precios de los servicios públicos no subirán únicamente en función del IPC. Hasta ahora la inflación marcaba lo que subÃa el coste de la vida pero a partir de ahora se tendrán en cuenta otros factores. Los entendidos lo llaman desindexar la economÃa, es decir, desvincular del IPC las subidas automáticas de servicios y rentas. El nuevo Ãndice que servirá de referencia será el indicador de competitividad, una fórmula de la que solo sé que será publicada el mismo dÃa que el IPC y será calculado por el INE. Entre las subidas con las que estrenamos el año se encuentran las tasas aeroportuarias, algunos billetes de trenes, los peajes de las autopistas que dependen del estado excepto las dependientes del Gobierno catalán y, como sabrá de sobra, el recibo de la luz. No sufrirán incrementos el gas, la bombona de butano, ni la cuota de abono de Telefónica.
Tampoco Correos, que congela el precio de los sellos por primera vez en siete años. Cabe recordar que las fuertes subidas de impuestos sufridas en 2013 se hicieron de forma transitoria y debÃan finalizar al acabar el año. Sin embargo, parece que esa medida se prorrogará y existe la posibilidad de otras subidas fiscales para cumplir con el déficit. Las pensiones se verán incrementadas un 0,25%. Este es el incremento mÃnimo que contempla la reforma. La idea es que cuando llegue la tan deseada bonanza económica la subida alcance el tope del IPC más 0,5%. Aunque esta subida parezca Ãnfima le supondrá al estado 264 millones de euros más que el pasado año. Hace unos dÃas ha reaparecido Luis de Guindos en escena augurando para 2014 creación neta de empleo y, por consiguiente, caÃda de tasa de paro. Por desgracia, la percepción de los polÃticos y la del español medio a veces distan bastante. Ya sabemos lo que piensa el Gobierno, ahora cabe preguntarnos nosotros: ¿será 2014 el año de la recuperación económica?
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