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Soria es gafe – Por Ignacio González Santiago

   

Lo mandaron a Argentina y expropiaron Repsol. Quiso reformar el mercado eléctrico español y nos subieron la luz. Aparece petróleo en Canarias y su proverbial falta de tacto institucional, con la Comunidad Autónoma y los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, y sus públicas e indisimuladas malas relaciones personales con el presidente del Gobierno del Canarias, Paulino Rivero, convierten la mejor noticia de nuestra historia económica en una maldición bíblica y a Repsol en un ser maligno y peligroso, que amenaza con contaminar de chapapote el impoluto edén canario. Algo que tiene más mérito y menos explicación, si cabe, en la actual situación de crisis económica, con las tasas de paro más altas de España, el 35%, casi 400.000 personas, que seguramente con otro ministro de Energía, normal, al que no se le hubiera visto tanto el plumero, por su singular e inusitada defensa de Repsol, habrían recibido la noticia como una bendición. Ahora, amenaza con meterse en el lío del Canal de Panamá, para echarle una mano a la empresa española Sacyr, que reclama la friolera de mil seiscientos millones de dólares extras a Panamá, por unos supuestos costes sobrevenidos y no presupuestados en su oferta inicial de 3.120 millones de dólares, con la que ganó el concurso en 2009 de la que es actualmente la obra de ingeniería más importante del mundo, la ampliación del Canal de Panamá y la construcción de las nuevas esclusas. Si se mete, estoy seguro que cierra el Canal. El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, haría bien en pedir a Rajoy la “no mediación” de Soria, que ni lo nombre, que no se meta, por si acaso. Las empresas españolas que han pedido apoyo al gobierno lo han conseguido, pero al revés. No dudo que Soria lo quiera hacer bien, pero siempre le sale mal, por su nulo talante negociador, torpeza, o, sencillamente, mala suerte. Torpe o gafe, Soria ha demostrado con creces que es el peor aliado de las empresas españolas, dentro y fuera de España, que se esconden cada vez que lo ven, para que no las defienda. Una curiosa habilidad para el Ministro responsable de Industria. La gran paradoja es que aunque Soria es también Ministro de Turismo, el único sector que va bien en España, él, en este caso, no ha tenido nada que ver en eso, ya que el crecimiento del número de turistas extranjeros que vienen a España se debe exclusivamente a dos causas fundamentales, la mejoría de la situación económica en los países emisores tradicionales, principalmente, Inglaterra, Alemania y Francia, y el aumento de turistas procedentes de los nuevos mercados emergentes, especialmente, Rusia y China, de alto poder adquisitivo y tasas de crecimiento interanuales por encima del 30%. Además, la persistente inestabilidad política en algunos destinos competidores, como Egipto, Siria y Turquía ha prolongado más de lo previsto los beneficiosos efectos de la llamada primavera árabe sobre el sector turístico español, por el desvío de turistas. Y si me lo permiten, para mí, una persona que siempre que se mete en algo, lo chafa, y cuando no lo hace, sale bien, es un gafe. Por lo que podemos concluir definitivamente: Soria es gafe.