Unidos por una idea – Por Luis de la Cruz

Es muy complicado llevar 26 años juntos y llevarse bien. Hoy se cumplen las bodas de plata de los concursos de arrastre y comienzan donde siempre: en el santuario del arrastre, en el terreno anexo al Mercadillo del Agricultor de Tacoronte.

Pedro Molina supo aglutinar un equipo de trabajo que funciona a la voz de pito. Con una simple mirada se entienden y cada uno sabe lo que debe y tiene que hacer en cada momento. La Federación de Arrastre Canario, por encima de todo, es un grupo de amigos que comulga con una idea de llevar a lo más alto a uno de los deportes autóctonos de moda y no es fruto de la casualidad.
En la actualidad cuentan con una competición consolidada. Más de 3.000 personas acuden a cada una de las pruebas que se disputan a lo largo del año en el Archipiélago. Más entrega y mucho más trabajo de los guayeros durante todo el ejercicio. Mucha dedicación a sus animales y una mayor compenetración que eso se nota mucho en el terreno de arrastre.

Este equipo de trabajo no se olvida del futuro. Cuenta con una de las mejores canteras. Los guayeritos de oro son la envidia de otros deportes. Tienen en mente la puesta en marcha de una Escuela Insular de Arrastre, para que los guayeros de hoy y del ayer impartan sus enseñanzas y que muchos niños y niñas que no están directamente vinculados con el sector primario tengan la oportunidad de acercarse a este deporte, que no deja de ser, también, una forma de vida.

Se adaptan a los nuevos tiempos y son conscientes de que tienen potencial y calidad suficiente para organizar espectáculos de primer nivel para llevar al gran público. La Casa del Ganadero en La Laguna reúne todas las condiciones y seguro que la van a explotar al máximo.

Buscan apoyos. Algunas instituciones como el Cabildo de Tenerife, el Ayuntamiento de La Laguna y la Dirección General de Deportes se las abren y colaboran en lo que pueden. Otras, como la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, que tiene competencias directas en estos temas, se las cierra. No se desaniman y siguen tocando, una y otra vez, hasta que le escuchen. Desde esta tribuna solo queda felicitar a un grupo de hombres y mujeres que trabajan mucho por lo que creen.