Menos mal que el Almendro en Flor se celebró este fin de semana y templó un poco los ánimos en La Palma, que estaban más tensos de lo normal. La rueda de prensa de despedida del presidente de la Asociación de Empresarios del Casco Histórico de Santa Cruz de La Palma y la réplica de los populares elevó los decibelios de una confrontación que venÃa caminando desde hace tiempo y terminó como el rosario de la aurora. No voy a enjuiciar quién tenÃa la razón o no, yo creo que el tono de la discusión habÃa trascendido el ámbito de lo racional, pero sà me quedo con algo que me han comentado muchas personas, partidarios de un lado como del otro: no era necesario haber llegado hasta este extremo. Juan Arturo San Gil ha hecho cosas buenas como presidente del Casco Histórico. En este mismo espacio he valorado su lucha contra la instalación de la estación de bombeo en plena entrada de la ciudad. Como otras muchas iniciativas para dinamizar la ciudad. Quizá se haya equivocado en algunas cosas, pero quién puede decir que es perfecto. Lo mismo ocurre con los concejales del Partido Popular en el Ayuntamiento y, en especial, el actual alcalde, Juan José Cabrera. Podrá haber patinado en algún aspecto, pero entiendo que ha acertado en otras muchas cosas que ha hecho, al igual que el resto de los concejales de Gobierno. Parto de la base de que los dos tienen la misma voluntad de querer lo mejor para su ciudad, no solo por una cuestión sentimental, que también, sino incluso por el interés material de que cuanto mejor le vaya a Santa Cruz de La Palma mejor irán los comercios y más valorada será la gestión polÃtica. Con ese cimiento en la base es fácil consensuar e incluso discrepar sobre los medios para alcanzar este fin. Soy de los que defiendo que el disenso y la crÃtica son sÃntomas de una buena salud social. Pero una discrepancia que no anule los cauces de comunicación ni cierre cualquier vÃa de negociación, porque entonces nos encontrarÃamos en un callejón sin salida. En este caso, lamentablemente, ha sido asÃ. ¿Por qué? No lo sé. Unos y otros se han lanzado acusaciones sobre intenciones e intereses ocultos. Cuando se entra en ese terreno pantanoso difÃcilmente se puede salir de él. Y probablemente es lo que ha pasado. Espero que esta experiencia haya servido al menos para aprender a evitar las caminos sin retorno.