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CASO SAIDA >

Los fuegos fríos de 2008 y 2011 no fueron autorizados por escrito

   
CARTEL HOMENAJE SAIDA

Imagen de archivo de un cartel-homenaje a Saida ubicado frente al Parque Bulevar capitalino. / FRAN PALLERO

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife no autorizó expresamente ni exigió requisito alguno por escrito para que se pudieran utilizar fuegos fríos en las galas para la elección de Reina adulta de su Carnaval en las ediciones de 2008 y 2011.

Así se desprende de que en el Organismo Autónomo de Fiestas no conste la existencia de expediente alguno al respecto, tal y como ha reconocido al Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de Tenerife, que investiga las gravísimas quemaduras sufridas por la candidata Saida Prieto el año pasado a cuenta de un producto pirotécnico de esas características.

Fiestas entiende que el diseñador no tenía permiso porque no acudió a buscar el papel

El dato, del que ahora hay constancia procesal gracias a la solicitud realizada a tal fin por el abogado del diseñador Willy Jorge, Ramón González de Mesa, adquiere mayor relevancia al recordar que dicho organismo de fiestas sostiene que Jorge nunca fue autorizado a utilizar los fuegos fríos dado que no cumplimentó unos requisitos que, en todo caso, serían novedosos ya que no hay pruebas de que se cumplimentaran otros años.

En sus declaraciones ante los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía, el diseñador aseguró que había solicitado al Ayuntamiento el permiso para utilizar los fuegos fríos, y que entendía que había recibido una respuesta afirmativa en conversación telefónica.

Por contra, el Consistorio reconoce que tal conversación se produjo, pero que Jorge no acudió posteriormente a recoger en persona esa autorización y, por tanto, al no haber podido detallarle las condiciones para un uso seguro del mismo, el permiso se entendía como no concedido.

Esta versión municipal ya quedó en entredicho cuando declaró la funcionaria que supuestamente tenía que constatar el permiso para el diseñador, y que no ratificó en sede judicial dicha versión al ser preguntada sobre lo que debía pedir al diseñador si hubiera acudido a por el permiso.

Como recordarán los lectores, por ahora son dos los imputados por un supuesto delito de imprudencia con lesiones graves: el propio Jorge, que fue quien colocó en el traje de otra candidata los fuegos fríos que causaron las heridas a Saida, y el ahora exgerente de Fiestas Francisco Javier Trujillo.

UN AÑO DESPUÉS

Este mes se cumple justo un año de este suceso, sin lugar a dudas el más grave en la historia del prestigioso Carnaval tinerfeño dado que la joven madre sufrió terribles quemaduras (sobre todo en su espalda) de las que aún se recupera en un proceso durísimo y largo.

Transcurrido dicho tiempo, lo más importante es que Saida sigue trabajando muy duro para recuperarse en lo posible de sus lesiones, y que lo hace en un centro especializado de Madrid.

Un año después, hay dos imputados y la Justicia sigue con la instrucción del sumario

Como no podía ser de otra manera, el Ayuntamiento le prepara un homenaje en la Gala de este año, que tendrá lugar el próximo día 26, y al que aún se desconoce si asistirá, dado que se trata de una decisión que tomarán los doctores que hoy por hoy cuidan de su bienestar, como ýa ha explicado su madre.

En cuanto al proceso, sigue su ritmo normal a pesar de la baja laboral de la titular del Juzgado que lo instruye. Para el mes que viene está previsto que se tome declaración a la exconcejal de Seguridad y hoy responsable de la Policía Local, Carmen Delia González, y a un funcionario de Fiestas, Lolo Peraza.

Hay que tener en cuenta que sigue sin prestar declaración Willy Jorge, que en su día fue excusado por la autoridad judicial al ser requerido para ello dado que su estado de salud así lo desaconsejaba.

Este diseñador, que ha reconocido que ni siquiera leyó las instrucciones de seguridad del artefacto pirotécnico, es uno de los otro cuatro quemados en aquella gala al intentar liberar a la candidata Saida Prieto de su traje, envuelto en una lengua de fuego que se elevó varios metros apenas segundos después de que fuera alcanzado por el fuego frío disparado desde el otro traje.