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TRIBUNALES > NARCOPATERA EN AGUERE Y ARMERÍA EN SANTA CRUZ

El macrojuicio se desinfla al quedar en libertad 13 de los 20 acusados

   
Armería ilegal Santa Cruz

El armero es el único al que se le mantiene la misma petición de años de prisión. / DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Las escuchas no autorizadas debidamente han vuelto a arruinar otro golpe al narcotráfico en la isla de Tenerife después de que el Ministerio Fiscal se haya visto forzado a reducir sustancialmente las penas solicitadas en su escrito inicial a cuenta de una narcopatera interceptada en la costa lagunera en diciembre de 2011, al punto que ha retirado los cargos contra 13 de los 20 inicialmente acusados en un sumario que incluye una armería supuestamente ilegal localizada en un barrio santacrucero. Es tal el desplome sufrido por la acusación pública que se ha pasado de una petición total de 130 años de cárcel a una de tan solo 31, y eso gracias al trabajo del fiscal en salvar lo posible de un caso en el que no se descartan otras nulidades.

Pero la clave del proceso ya se ha producido con el éxito de la línea defensiva de parte de la docena de letrados defensores presentes, entre los que se encuentran abogados como Avelino Míguez y Mila Pacheco, y que centraron sus esfuerzos en la no motivación de una prolongación de las escuchas telefónicas realizadas por las fuerzas de seguridad.

NULAS TRES DE SEIS

La Sala reconoció finalmente que tres de los seis pinchazos eran nulos por tal motivo y la doctrina del fruto del árbol envenenado hizo el resto ya que, como ahora reconoce el fiscal, “no se ha podido demostrar mediante pruebas legalmente válidas” que siete de los procesados se encontraran en la playa Roque del- Espinal cuando se desembarcaron los 1.167 kilos de hachís, así como que otros tres estuvieran apostados en la zona para detectar la presencia policial.

Igualmente, tampoco se puede demostrar ahora que otro de los hasta ahora acusados estuviera preparado en una finca de Fasnia para ocultar el cargamento, ni que otros tres tuvieran un acuerdo para luego distribuir al por menor la droga por la Isla.

De todos los aludidos, solo uno sigue siendo acusado, aunque de los 12 años de cárcel que se le pedían se han quedado en cinco, tres por tráfico de drogas a cuenta de un kilo de hachís hallado en una casa y otros dos por tenencia ilícita de armas. De cualquier modo, la abogada Pacheco ha solicitado ya la invalidación del registro domiciliario al considerarlo igualmente nulo.

SOLO UNO QUEDÓ IGUAL

Otras rebajas en la solicitud de pena se dan en el caso de los dos marroquíes que llegaron con la zódiac y a los que puede haberles perjudicado su reconocimiento de que estaban aquel día en la playa, aunque aseguraron ante el plenario que desconocían el contenido del alijo, que supusieron de tabaco. Para ellos se solicitan cinco años de cárcel en lugar de los siete iniciales, al igual que otros dos acusados que suponen la rama grancanaria del sumario. El único que se mantiene igual es el de la armería, al que piden cuatro años de prisión por un delito de depósito de armas y municiones.

En cuanto a la sesión de ayer, cabe destacar el retraso sufrido a cuenta del accidente que colapsó a primera hora de la mañana la TF-5, y que afectó tanto a magistrados como a letrados. También hubo que cambiar de la sala 12 a la sala 6 del Palacio de Justicia santacrucero por el mal funcionamiento del aparato de videoconferencia.

La Sección Quinta de la Audiencia provincial celebrará aún una jornada más de vista oral el próximo mes antes de que resulte visto para sentencia.

Una historia que se repite en Tenerife

No es la primera vez que la nulidad de unas escuchas telefónicas desmontan un gran sumario sobre tráfico de drogas en Tenerife, el más reciente de los cuales implicaba a un trabajador del aeropuerto de Barajas (Madrid) y a otro de Maiquetía Simón Bolívar (Caracas) y en el que se acabaron interceptando casi ocho kilos de cocaína en el Tenerife Norte. En este asunto, la Sección Segunda de la Audiencia provincial liberó a cuatro de los cinco acusados.

Pero el más sonado tuvo lugar en diciembre de 2011, cuando la Sección Sexta dejó sin cargos a 11 de los 12 acusados de pertenecer a una red a la que se le intervino nada menos que cerca de 100.000 pastillas de éxtasis en la Isla. El único condenado pagó bien caro haber confesado antes los hechos por los que se le imputaban.

Instrucción deficiente

El motivo para anular las escuchas fue, como casi siempre, que el juzgado de Instrucción no razonó debidamente por qué autorizaba el espionaje a tres de los entonces sospechosos que luego desembocaron en las detenciones practicadas. Recordar que el juez debe motivar las escuchas en indicios probados que justifiquen la vulneración del derecho a la intimidad, mientras que el auto de Arona se limita a “menciones generales a los derechos fundamentales y al delito contra la salud pública”.

En resumen: la mayor aprehensión de éxtasis en la historia de Tenerife, por la que se pedían un total de 139 años de cárcel para los 14 encausados se quedó al final en un condenado a cuatro años de prisión.