X
tribuna > Indra Kishinchand López

Mundo y soledad – Por Indra Kishinchand López

   

Desde que te fuiste, mis manos están frías. Ahora que no estás, no quiero dormir; lo único que me consuela es dormir. Desde que te fuiste, querida justicia, las risas suenan a dolor. Con tu ausencia mis palabras han dejado de ser. Desde que te fuiste, tus palabras no son. Y es que, ahora que no estás, eres más que cuando estabas.

Querida justicia, tú siempre luchaste por que se encontraran mundo y soledad; lo conseguiste solo por un momento porque mundo siempre fue egoísta, ególatra sin malas intenciones. Mundo pensaba en sí mismo porque abarcaba tanto que creía que sería suficiente. Soledad, sin embargo, nunca creyó que hubiera que quererse para querer. Y así se quedó, sola ante (el) mundo.

Tú, querida justicia, no conseguiste que el principio se transformara en origen y el fin en plenitud. Dejaste morir a quien no había completado lo que estaba llamado a ser y evitaste sustentar vidas suficientes.

Desde que te fuiste, olvido. Y es que prefiero olvidar a recordarte constantemente. Sé que no fue tu elección, no te culpo. Ahora ya sé que te entregaste por nosotros. Y este es el resultado.

Pero no temas, querida justicia, aún hay algunos que no te niegan y luchan para que vuelvas. Tras tu huida hemos dudado en seguir. Sin embargo, hoy seguimos (dudando).