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Promesas de Pinocho – Por Román Delgado

   

Señoras y señores, adolescentes con derecho a voto y todos aquellos que tengan la condición de electores, sin descartar ni uno. ¡Atención he dicho…!, que el circo itinerante de la política se ha puesto en marcha, así que prepárense: toca a rebato. El circo marca PP (uno de tantos), que esta vez incorpora a su repertorio el espectáculo del payaso Mentira titulado A Rajoy le crece la nariz como a Pinocho, ji, ji, ji, ya levantó el polvo, ya derrapó en una ciudad de las de ellos, en Valladolid, donde el que conduce esa banda de música desafinada no entonó el mea culpa, ¡qué va!, sino que sirvió en bandeja de plata la noticia cocinada para tan noble ocasión: Rajoy, el Gobierno de todos los españoles, el de la mayoría, empezará a rebajar los impuestos de los ciudadanos a los que ha acribillado en 2015, y a partir de ese año de manera sucesiva. ¡Yuju, Mariano!, que eres el mejor. “¡Rajoy…!”, “¡Rajoy…!”, “¡Rajoy…!” Lo dijo y los del fondo norte, sur, este y oeste, que allí todo era sumisión y luego consenso, se pusieron a aplaudir a rabiar. Y es que desde el sábado ya está la solución a los problemas de este país indivisible que se llama España. No pasó nada, nadie tiró tomates. Claro que no… Rajoy, que ahora sí toca, y en 2015, año de elecciones…; Rajoy, he dicho Rajoy, este Pinocho tan desabridón, al fin (cuatro años después) reducirá los tributos que él mismo mandó a subir nada más aterrizar en la Moncloa, donde llegó gracias a un programa electoral que planteaba como solución al desastre justo lo contrario. Pero es que ZP fue mucho ZP. Rajoy ganó esos comicios, sin discusión posible, a los matadillos del PSOE, y lo hizo con una carta magna de partido que no ha cumplido salvo patéticos casos: proyecto de ley del aborto, reforma de la ley orgánica de educación -la de Wert- y otras pequeñas tonterías para dejar con el mejor ralentí a su profunda galería de reaccionarios. Ahora propone, él y no otro, cambiar la manera de entender el esfuerzo fiscal que ha contribuido a aniquilar o a dejar en la mínima expresión a la clase media española, a tantos autónomos y asalariados que, pese a no estar en paro, ¡milagro…!, se las ven y se las desean para poder llegar a final de mes con el plato lleno. Y todo por el déficit y la deuda públicos [sic], que, ¿saben?, no se han logrado corregir como han pedido los de más arriba. Y todo por salir de la crisis en la que no han entrado los ricos. Y todo para llegar a esta mierda, a la extinción, pese a que De Guindos ya tararee “crecimiento”, “crecimiento”…

@gromandelgadog