X
Escaño cero >

Puerta de salida – Por Julia Navarro

   

No sé, pero me parece que algunos dirigentes de CiU empiezan a ser conscientes del lío en que se han metido y nos han metido a todos. Que los empresarios empiecen a atreverse a decir en voz alta que si Cataluña se independiza eso tendrá consecuencias económicas negativas para la propia Cataluña y por supuesto para España, es una obviedad, pero una obviedad que no se atrevían a manifestar. O que los directivos de empresas extranjeras expresen igualmente su preocupación por esa hipotética independencia lo que les lleva a preguntarse si deben o no seguir invirtiendo en Cataluña, es algo que sin duda hace efecto en el ánimo de los hombres de la Generalitat. Me parece que quizá lo más sensato e inteligente es ayudarles a dar marcha atrás procurando que no queden excesivamente mal ante su parroquia. A mí también me indigna cuando escucho a Artur Mas o a sus consejeros afirmar que el Gobierno central es quién no quiere negociar. Hay que tener desparpajo y cinismo para decir algo así, porque lo cierto es que en esta aventura de la independencia, ese órdago, lo lanzó Artur Mas de la noche a la mañana cuando Mariano Rajoy le dijo que no estaba por la labor que dar a Cataluña un concierto económico como el del País Vasco. Hombre, se puede reprochar a Rajoy que rechazara esta posibilidad en vez de decirle a Mas que todo es susceptible de estudiarse, pero de ahí a salir de Moncloa y anunciar que se va a convocar un referéndum para votar si Cataluña quiere ser independiente, convendrán conmigo que hay un abismo. Yo creo a Mas y a los suyos preocupados por no quedar mal ante sus conciudadanos después de haberles embarcado en este disparate del referéndum. No pueden desdecirse pero ya saben de los riesgos y del coste que tiene seguir adelante, de manera que tienen un problema, un problema que intentan trasladar a los demás por su incapacidad para resolverlo.Verán, yo creo que en el capítulo de la financiación autonómica caben distintas posibilidades y que no hay porque estar cerrado a ninguna de ellas. Eso sí, manteniendo el principio de la solidaridad, porque confieso que me pone de los nervios escuchar a los dirigentes catalanes decir que España les roba. Si la solución pasa por una reforma en profundidad del sistema de financiación pues que se haga y cuanto antes mejor. Pero la cuestión de fondo continúa siendo como da marcha atrás Convergencia sin que los ciudadanos que viven en Cataluña se sientan estafados por este viaje a ninguna parte. Y ahí es donde hay que echarles una mano. No se lo merecen, de acuerdo, pero hay que echársela y acabar de una vez por todas con un problema que tiene a nuestro país atenazado dedicándole unas energías y una preocupación que debían estar enfocadas en otras cosas de verdad sustanciales como es la creación de empleo o luchar contra las desigualdades. De manera que hay que ayudarles a encontrar una puerta de salida a sus errores y desatino, a eso es a lo que se le llama real politik.