X
tribuna >

San Andrés: otra tomadura de pelo – Por Cándido Quintana

   

La próxima semana, ya a las puertas del carnaval del disfraz que aquí lo justifica todo, el alcalde Bermúdez se desplazará a Madrid para, no sé si como único tema, tratar de desbloquear la construcción del rompeolas que proteja al pueblo de San Andrés de los embates del mar. De esas grandes olas que penetran con ciertos temporales desde casi toda la vida, desde que modificaron artificialmente su frente marítimo, que causan múltiples daños y generan graves riesgos a la población del lugar y a los visitantes, que no son pocos. Es una historia más de las interminables de esta ciudad de Santa Cruz de Tenerife, que tampoco son pocas, que esconden oscuros deseos y/o inconfesables fines paralelos. Y ya saben a lo que me refiero, si en San Andrés hubiésemos tragado la invasiva, impactante y especuladora marina privada de Forum Filatélico o de Pérez Labajos que se apropiaba de su frente marítimo, seguramente todo estaría solucionado, la escollera y, ¡quien sabe!, un pequeño refugio pesquero, como dádivas complementarias al pelotazo de turno. Y aunque parezca procedente un refugio pesquero para San Andrés, por aquello de ser entorno marinero, no son admisibles las formas, las tradicionales formas de tratar de subyugar lo público a lo privado que persiguen ciertos listos empresarios con el habitual apoyo político, en busca de una rentabilidad segura, porque el interés general no aconseja estas deleznables maneras. Da la sensación que en Santa Cruz las cosas siguen caminando como lo hacían en el Santa Cruz de Zerolo, y esto no es nada bueno si de verdad queremos recuperar la Ciudad que el imputado ex alcalde dejó hecha trizas, alcalde que, como todos sabemos y saben aún más los políticos de su partido CC que hicieron causa común y los de otros que no lo impidieron, fue elevado a los altares del Senado como premio a su dañina labor. Fue tan enorme el daño, que Santa Cruz no ha podido superar todavía la línea de flotación, a pesar de los estimables esfuerzos que algunos de los concejales en la oposición vienen haciendo con total transparencia, y no doy nombres por conocidos. Hablo de la escollera de San Andrés como historia interminable, pero hay muchas otras, valga recordar una por su extraordinaria similitud en sus causas, fines y nefastos resultados. Me estoy refiriendo a lo que ha sucedido en el barrio de Valleseco, para el que existe un proyecto de playa desde tiempos inmemoriales, respaldado incluso por un concurso de ideas convocado por el propio Ayuntamiento, Autoridad Portuaria y Costas. Pues bien, otra marina privada por fortuna abortada por el pueblo, la Marina Azul o de Rodolfo Núñez, altamente perjudicial para el barrio y para la dársena más importante del puerto de Santa Cruz, la de Anaga, a la que le generaba grandes riesgos y daños, ha traído las consecuencias que ha traído. No tengo ni la mínima duda de que si esa marina especuladora hubiera prosperado, hoy Valleseco tendría su playa terminada y algo más que me avergüenza tener que repetir por enésima vez, la Escuela de Náutica su pequeño puerto, en el que impartía su docencia marítima, reparado. Para los que no sepan de que va la cosa, decirles que un temporal de mar, acaecido creo recordar en 1999, golpeo su pequeño muelle dejándolo en la situación actual, situación que hoy he constatado que sigue en el mismo estado de olvido y abandono. Y es que, aunque no se lo crean, esa Marina de Arlink Canarias daba también alguna que otra dádiva, como un espacio dentro de su recinto “privado” para que la Escuela de Náutica impartiera docencia “pública”, ¡toda una desvergüenza! En definitiva, tomaduras de pelo, inconfensables fines paralelos, especulación pura y dura de algunos listos, que deberían mandarse a mudar, para que Santa Cruz y la Isla de Tenerife puedan sacar la cabeza del agua y empezar a despegar por el bien común, que nada tiene que ver con los enriquecimientos personales de esos listos y allegados diversos, que ya sabemos. Y que quede claro, que tanto la escollera de San Andrés, como la playa de Valleseco o la reparación del muelle de la Escuela de Náutica, son pecata minuta hablando de euros, con costes no más allá de simples migajas en relación a tramas diversas, como la de Las Teresitas o la del mamotreto. ¡Ya vale! Suerte, señor Bermúdez, y por favor, ¡no mareen más la perdiz!

*PRESIDENTE DE LA PLATAFORMA DE DEFENSA DEL PUERTO DE SANTA CRUZ