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Adiós a la solidaridad (fuera de nuestras fronteras)

   
proyecto África andando Ayuda al desarrollo

Jóvenes canarios participando en el proyecto ‘África andando’. / DA

SARAY ENCINOSO | Santa Cruz de Tenerife

Poca cooperación y casi toda para África. La crisis ha borrado la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de las agendas de los gobiernos. Ha ocurrido dentro y fuera de España, pero el caso de Canarias, una comunidad con gran protagonismo histórico como donante, ha sido especialmente dramático. Entre 2007 y 2012 la ayuda del ejecutivo canario pasó de 17,8 a 1,8 millones de euros. Porcentualmente el descenso fue del 90%, frente al 67% de media en todo el país, según los datos del Ministerio de Asuntos Exteriores, disponibles gracias al trabajo de opendata Ayudaaldesarrollo.es. Los escasos fondos, siempre vinculados a subvenciones de la Unión Europea, solo miran hoy al continente africano. Pero, ¿por qué el tijeretazo ha sido tan cuantioso numéricamente? ¿Qué efectos tendrá está reducción drástica de las partidas? ¿Se trata solo de un recorte de la solidaridad fuera de nuestras fronteras?

Los fondos se han reducido de 17,8 a 1,8 millones entre 2007 y 2012, según el Ministerio

Definir qué es Ayuda Oficial al Desarrollo ha generado numerosos desencuentros entre los expertos. El Banco Mundial considera que la AOD incluye tanto los desembolsos de préstamos en condiciones concesionarias como las donaciones otorgadas por organismos oficiales de los países más ricos -la mayoría pertenecen al Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD)- y de las instituciones multilaterales con el fin de promover el desarrollo y el bienestar económico de los países más vulnerables. Además de los gobiernos nacionales, las comunidades autónomas y otras entidades tienen competencias para destinar fondos a AOD. En el Archipiélago, las ayudas oficiales se canalizan esencialmente a través de la Dirección General de África y la Viceconsejería de Acción Exterior, pero algunos ayuntamientos, cabildos, ong y las dos universidades también han aportado su granito de arena a lo largo del tiempo.

Para entender el acusado descenso de fondos hay que observar el comportamiento de los presupuestos de la comunidad desde que comenzó la crisis y se intensificó el dogma del déficit cero. No obstante, aunque esta ha sido la principal razón, también ha influido la catalogación de la propia ayuda al desarrollo. Hasta el año 2010 en Canarias se incluían numerosas partidas destinadas a Venezuela, cosa que hoy no ocurre. “El motivo por el que en 2007 queda reflejado que el Gobierno de Canarias daba tanto dinero es porque hasta 2010 se consideraba cooperación al desarrollo en América las actividades destinadas a los canarios residentes en el exterior. Por ejemplo, los fondos para la Fundación España Salud o para consultorios médicos”, explica Cándido Padrón, viceconsejero de Acción Exterior del Gobierno de Canarias. Si no se tiene presente el cambio de nomenclatura, la AOD pura a América -casi toda a Venezuela- ha pasado de poco más de un millón de euros en 2007 a 0 euros en 2012 y 2013. Este año hay 6.000 euros presupuestados, según Padrón.

“La cooperación tal como la conocemos ya no existe; no ha quedado otro remedio”

Ahora en estas cifras no se incluye todo lo que el ejecutivo regional invierte en la Octava Isla, Uruguay, Cuba y Argentina. La mayor parte de los dos millones previstos en las cuentas de este año se destinará a servicios sanitarios y casi todo se invertirá en Venezuela. Para el director general de Relaciones con África, Pablo Martín Carvajal, “el brutal recorte” de los presupuestos de la Comunidad Autónoma ha afectado directamente a la cooperación al desarrollo, que ahora pende exclusivamente de las subvenciones que otorga la Unión Europea a las regiones ultraperiféricas.

“La cooperación al desarrollo tal como la entendíamos desapareció (..) No quedó otro remedio que recortar tanto para evitar que se vieran afectadas las partidas para sanidad o educación”. Así y todo, Carvajal cree que en este contexto se están impulsando todo lo posible las relaciones entre Canarias y África, aunque sean “más institucionales y empresariales”. Cita como ejemplo de este vínculo una comunicación institucional del Parlamento de Canarias de mediados del año pasado titulada Sobre una acción integral de impulso a la internacionalización de la economía canaria. El texto marca una serie de directrices para estrechar relaciones.

El politólogo José Adrián García Rojas, que ha dedicado muchos años a hacer cooperación al desarrollo desde la Universidad de La Laguna (ULL), reconoce que abandonó su tarea en la institución porque los fondos desaparecieron. Esta decisión tuvo muchos efectos. El más evidente desde el punto de vista académico, que “muchos alumnos que venían a estudiar desde países africanos tuvieron que abandonar los estudios a medias no porque se recortaran las partidas, sino porque se dejaron a cero”. En el resto de ámbitos, que la ayuda dejara de existir ha significado dejar a medias miles de proyectos que se empezaron en ciudades o pueblos que viven en condiciones que la generación europea actual, con crisis incluida, no ha conocido ni conocerá.

Desde que comenzaron las dificultades financieras, la ayuda al desarrollo ha sido una de las áreas más damnificadas. “No habrá grandes manifestaciones por la AOD: la gente entiende que hay que solucionar primero lo que ocurre aquí”. Rojas comparte que hay que priorizar los recursos en función de las necesidades locales, pero ello no debe implicar la desaparición absoluta de la ayuda. Canarias, recuerda, ha sido siempre una región que ha destacado en el ámbito de la AOD por ser más generosa que otras, a pesar de ser, también, más pobre.

Lo que está ocurriendo ahora es la consecuencia directa de que “no se entiende la ayuda como una parte de la política exterior”. La evidencia más clara es que nunca se ha tratado como un asunto de Estado; es decir, una política que es independiente y que, por lo tanto, sobrevive a los dirigentes que ocupan la Moncloa. El Gobierno central, a través de la Agencia Española de Cooperación (Aecid), establece su Plan Director de Cooperación al Desarrollo en función de unas líneas estratégicas, pero las comunidades autónomas hacen sus propios programas teniendo en cuenta los lazos históricos o de vecindad. “Es normal que cada uno actúe y que la historia y la geografía se tengan en cuenta, pero debería existir un organismo estatal que coordinara toda la ayuda para evitar que algunos proyectos se solapen y que la ayuda no rinda como debería”.

Vincular inmigración y AOD “es un error”

Vincular inmigración y Ayuda Oficial al Desarrollo es un error del que alertan muchos expertos. Los movimientos de personas, tan antiguos como la propia humanidad, siempre han existido y eso no va a cambiar. La sociedad canaria se sensibilizó mucho con la cooperación al desarrollo cuando vivió la llegada de miles de inmigrantes a sus costas a bordo de endebles embarcaciones. Es cierto que el dinero contribuye a mejorar las condiciones de vida de las regiones más desfavorecidas, pero no puede entenderse como un mecanismo para frenar los movimientos demográficos y evitar que miles de personas aún sueñen con montarse en un cayuco con el que alcanzar la costa europea. La cooperación no debe traducirse exclusivamente en la firma de convenios de repatriación o en una fórmula de blindaje compartido de las fronteras. Tiene que ser una forma de hacer política exterior combinada con grandes dosis de solidaridad y conciencia de vecindad. Aunque los gobiernos inviertan en estos países, las condiciones de vida siempre serán infinitamente mejores en el Viejo Continente.