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Amigos y víboras – Por Tomás Cano

   

En esta vida exígete lo máximo a ti mismo y espera poco de los demás; de esta forma te ahorrarás muchos disgustos. Recuerda siempre que al lobo enfermo le gustaría ser monje, pero cuando sana vuelve a ser lobo. Es mejor perder a un amigo si lo tienes antes que a tu peor enemigo; porque para tener amigos solo se necesita ser bondadoso, pero cuando no te quedan enemigos es que hay algo en tu vida que no haces bien. El ser humano es muy extraño y aquel que pueda presumir de tener amigos es un hombre afortunado. Desgraciadamente, la estupidez y la falta de poder contar en nuestra vida con personas en quien poder apoyarse es un defecto profundamente arraigado en la humanidad. Dos investigadores del siglo pasado contemporáneos de Darwin hicieron una curiosa afirmación: “Si se puebla una aldea con cien irlandeses estúpidos, analfabetos, borrachos y zafios, y con cien ingleses cultos, bien educados, y sobrios (bueno, o casi sobrios), varias generaciones después habrá miles de zafios y ningún solo gentleman”. En esta vida, como dijo Oscar Wilde, hay que elegir a sus amigos por su elegancia y su belleza, a los simples camaradas por su manera de ser y a los enemigos por su inteligencia.