Proyecto original de la marina de San Andrés sobre el que se ejecutó la modificación ahora en cuestión. | DA
NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife
El PP anunciaba en el Pleno celebrado el pasado viernes en Santa Cruz de Tenerife que mientras esté en vigor el proyecto de la marina de San Andrés, no se procederá a declarar la emergencia para la construcción del dique semisumergido del pueblo costero, puesto que desde el Ministerio de Fomento se entiende que ambas iniciativas constructivas están relacionadas y pueden interferir una en la otra. Este último argumento es el mismo que el Cabildo de Tenerife ha incluido en sus conclusiones del informe sobre el impacto ambiental del puerto deportivo, que se tramita desde diciembre de 2012, y en las que entiende que ambos proyectos están vinculados.
Aunque la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento han insistido en su rechazo a este proyecto, la realidad es que sigue en vigor y por tanto genera posibles derechos indemnizatorios sobre el concesionario original, motivo que precisamente alega el Estado para no declarar la emergencia. La Corporación insular es una de las administraciones que debe informar sobre el estudio ambiental de la modificación del proyecto original de la marina.
El Cabildo de Tenerife considera que, a pesar de que en el informe de impacto del puerto deportivo se señale que no se prevé que estas obras y las del dique recogidas en el Proyecto de Protección del Frente Marítimo de San Andrés coincidan en el tiempo, “se entiende que ambos están vinculados ya que el diseño final de este puerto deportivo puede repercutir en las necesidades de abrigo y dimensionamiento del proyecto de protección del frente litoral”.
El informe de la Corporación insular propone que, dado que ambos proyectos son promovidos por la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, “y con el fin de racionalizar las infraestructuras marinas sobre este litoral”, es procedente que en la tramitación de ambos expedientes “se valoren las interacciones ecológicas y funcionales de ambos proyectos”. Porque otra de las conclusiones a las que llega este informe es que la destrucción de las praderas de fanerógamas (Cymodocea nodosa) que puede darse por la obra “tendrá repercusión en las recursos pesqueros y fauna marina por el papel que desempeña como hábitat de ‘guardería’ de especies marinas”.
Sebadales afectados
Continúa explicando el documento que la dispersión de finos en la fase de construcción puede ser mayor que la estimada en el estudio, pudiendo afectar a la Zona Especial de Conservación del Sebadal de San Andrés, por lo que se propone “estudiar con más profundidad el área de incidencia de la pluma de dispersión”. El informe del Cabildo cuestiona además la eficacia de la medida correctora propuesta y consistente en el transplante de haces de sebas a zonas cercanas no afectadas por las obras.
Otra de las conclusiones señala que, a tenor de la información aportada en el Proyecto Básico de Obra Civil del Refugio Pesquero de San Andrés y en el informe ambiental, se ignora si la actuación dará cobertura a las necesidades del sector. Añade que debería incluirse “un análisis paisajístico en el frente del puerto deportivo” para favorecer una mayor integración de los volúmenes construidos, “proyectados actualmente de forma paralela al dique de abrigo”. Concluye el texto señalando que, asimismo, atendiendo a las problemas que el funcionamiento del actual emisario submarino tendrá sobre las características ambientales de la zona, una vez construido el puerto, se entiende habrá que desviar al ya existente.