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Conexión solidaria con escala en Filipinas

   
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LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz

“Mientras los grandes complejos hoteleros tienen restablecidos todos los servicios, en el resto de la isla quedan muchas chabolas sin tejado o paredes en las que viven familias enteras sin atención médica”.

Así comienza el relato de una pareja de jóvenes de Puerto de la Cruz que desde hace dos semanas colaboran con un proyecto solidario en Logon, en la isla filipina de Malapascua, tras los devastadores efectos del tifón Haiyan, que costó la vida de cerca de 10.000 personas en noviembre de 2013.

Erik González Larsson, natural del municipio portuense, e Irene Amo Lobera, de Zaragoza, son una pareja de aventureros que tras pasar más de un año recorriendo el mundo decidieron fijar su destino en un proyecto altruista dirigido por dos gallegos que viven en la isla. La misión es clara: recaudar dinero a través del blog www.viajandoligero.com para ayudar a investigar qué familias necesitan material para construir escuelas y edificar las viviendas que quedaron destruidas tras el paso del temido y potente huracán.
Ataviados con la ilusión y recompensados con el cariño y la sonrisa de los habitantes de este enclave costero, Erik e Irene controlan que los trabajos de construcción se estén cumpliendo, además de servir de mano de obra para lijar, pintar, adecentar y volver a poner en pie los centros escolares.

Llevan más de dos semanas compartiendo labores, y aunque la idea era estar un mes, debido a diferentes contratiempos se reduce a 21 días.

El aviso de la tormenta

“Cuando el tifón Haiyan arrasó Filipinas nosotros estábamos en Vietnam, pendientes de su curso y siguiendo por la televisión el horror y la desolación que provocó. En ese momento estábamos casi al final de un viaje de 11 meses, y Filipinas no estaba en nuestro itinerario, pero decidimos que debíamos colaborar de alguna forma con el país desde el momento que nos fuera posible”, cuenta Erik.
“Durante los dos meses que pasamos en casa al finalizar el citado viaje, buscamos un proyecto que nos pareciera transparente y así fue como a través de una iniciativa de crowdfunding, entramos en contacto con Xesus y Candice, arquitectos gallegos encargados de organizar la reconstrucción de dos escuelas en Malapascua y de varias casas demolidas”, relata este portuense, exjugador del Club Deportivo Puerto Cruz y licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad de La Laguna (ULL).

De sus palabras se desprende optimismo y ganas de socorrer a miles de personas, pero la realidad choca de bruces con la situación actual: “Hay miles de cosas por hacer, este enclave sigue roto, lleno de escombros, y niños y mayores durmiendo en lonas, más si cabe, cuando no siempre es fácil y rápido traer materiales; es duro, pero las cosas volverán a su sitio, es más, deben volver a la vida que tenían antes”.

La filantropía y la generosidad llevan la impronta española en el país asiático. En su albergue, Villa Sandra, hay un alto número de españoles, algunos de paso y otros que llevan bastante tiempo viviendo en el pueblo que la naturaleza no respetó.

En un grito de auxilio, Erik e Irene llaman a la inestimable colaboración internacional: “Estar en contacto con los lugareños y notar su satisfacción al ver que ayudas no tiene precio. La forma en la que proyectan su ilusión y ganas de crecer mientras ven una mano tendida es realmente impresionante. Es una cuestión de justicia, y sin duda, ambos lo haríamos una y mil veces de nuevo”.

Un pintoresco pueblo en ruinas

Haiyan, el tifón más potente del pasado año, dejó en noviembre de 2013 un reguero de desolación a su paso por la región central de Filipinas, donde los responsables políticos locales dieron la cifra de más de 10.000 muertes. La dura realidad con la que se encontraron estos jóvenes aventureros fue la de un lugar completamente en ruinas, donde queda muy poco del emplazamiento anterior.