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Ignacio Escolar: “No queremos ser el espejo de Blancanieves de nuestros lectores”

   

Ignacio Escolar en Tecnológica Santa Cruz

TEXTO: SARAY ENCINOSO. FOTOGRAFÍAS: FRAN PALLERO | Santa Cruz de Tenerife

Ignacio Escolar (Burgos, 1975) fue director de Público con 31 años. Después de la experiencia supo que no quería volver a trabajar en un medio donde no mandara el director. Hace año y medio montó eldiario.es, un digital con más de 6.000 socios que amenaza con tomar el relevo de los grandes como generador de opinión. Esta semana estuvo en Tecnólogica Santa Cruz.

- La crisis del periodismo se parece un poco a la del bipartidismo. Hemos dejado de creer en los grandes partidos y en los grandes medios. ¿Medios pequeños como eldiario.es serán capaces de tomar el relevo, de llenar el vacío que pueden dejar ellos?

“Ahora mismo existe una competición entre nuevos medios que están naciendo en Internet y quieren hacerse un hueco y viejos medios del papel que se reconvierten en Internet con todos los problemas que eso supone, porque los medios son muy diferentes, las estructuras son muy diferentes, son muy distintos. El peor escenario posible es que ninguno de los dos consiga su objetivo. Tendemos a pensar en la competencia, en la evolución de la tecnología, como en la historia de la evolución humana. Primero vienen los dinosaurios, luego mueren, llegan los mamíferos, se hacen inteligentes, y lo que nos puede pasar es que los nuevos no crezcamos lo suficiente como para ocupar el espacio que dejan los antiguos y los antiguos no sean capaces de adaptarse y vayan perdiendo peso e influencia, y lo que pierda, en general, no sean ni los viejos ni los nuevos, sino el periodismo. Puede ocurrir que sea todo el sector, que sea la información la que se deteriore”.

- ¿Cómo defendería que es necesario que existan medios, periódicos, de masas? ¿Qué papel cumplen los medios que crean opinión pública?

“Yo creo que la información modifica el resultado. El que haya mejor información, y el que existan medios que ejerzan su labor de contrapoder y fiscalicen el poder político y el poder económico, hace que las cosas funcionen mejor. Cuando hay una prensa libre e independiente hay una democracia mejor y hay una sociedad mejor; hay una sociedad más justa. La prensa de masas defiende, o debería defender, el interés general de los ciudadanos. Y el interés de los ciudadanos no solamente es bueno para la mayoría de los ciudadanos, sino para el conjunto de la sociedad”.

“Cuando hay una prensa libre e independiente hay una democracia mejor y hay una sociedad mejor”

- Según las cuentas de eldiario.es no hay una gran diferencia entre el dinero que se destina a salarios de periodistas y el que se invierte en pagar a colaboradores externos. La diferencia está sobre los 100.000 euros. Tienen una cartera de colaboradores muy potente…

Grosso modo creo que son cerca de 500.000 a periodistas y 300.000 a colaboradores. Pero sí, tenemos una cartera de colaboradores muy amplia, de gente que, tanto en información como en opinión, colabora con nosotros, y a la que por supuesto pagamos”.

- ¿Esa cartera de expertos puede hacer que el análisis periodístico quede desplazado? ¿El periodismo puede estar amenazado por los técnicos?

“No. Entre nuestros colaboradores hay muchísimos periodistas. De hecho, en la factura total de colaboraciones la opinión es la única partida que no crece este año. Estamos aumentando cada vez más la inversión en colaboraciones, pero en información. Creo que el periodista sigue teniendo una labor muy importante más allá de los expertos. Los periodistas somos personas capaces no solamente de conseguir la información sino de procesarla. Lo digo en el mejor sentido de la palabra, no como manipulación, sino en el sentido de hacerla más digerible para los ciudadanos, que la gente la pueda entender. Los expertos muchas veces son incomprensibles. Saber mucho de algo no significa que sepas contarlo bien. Hay gente que sabe hacerlo y gente que no. Y los periodistas, en principio, somos esa gente capaz de entrar en un tema y conseguir la información necesaria para servir de enlace entre ese experto y los lectores”.

Explicó por qué no aceptó otras ofertas y decidió montar su propio periódico

- ¿Es indispensable tener el título de Periodismo para trabajar en eldiario.es?

“No. No creo que sea imprescindible que tengas el título de periodista. De hecho, tendría un problema si fuera así porque yo no lo tengo. Yo no soy licenciado en Periodismo. No acabé la carrera porque era el último año del plan antiguo de Periodismo y empecé a trabajar a los 18 años y llegó un momento en el que me quedaba una asignatura de tercero que ya no existía. No podía seguir estudiando salvo que empezase de nuevo con el plan nuevo y decidí no seguir. De todas formas, no desprecio la formación de periodismo. Creo que es una buena licenciatura. Es muy diferente dependiendo de la universidad, no todas son iguales, pero creo que es una buena formación. No obstante, sí que creo en cualquier caso que ser filólogo no te capacita como escritor y ser licenciado en periodismo no te capacita como periodista. La capacitación de periodista se gana en las redacciones, que son escuelas muy prácticas donde el periodismo se transmite de veteranos a becarios, y que es lo que te permite aprender el oficio. Conozco a excelentes periodistas que estudiaron Económicas, Química o Física, y también a otros que estudiaron Periodismo”.

“Ser filólogo no te capacita como escritor y ser licenciado en periodismo no te capacita como periodista”

- ¿Los periodistas deben convertirse en marcas para sobrevivir?

“No. Pero sí que creo que los periodistas deben cuidar su firma. Yo no me considero una marca, pero sí que me considero una firma y creo que parte de mi valor profesional consiste en haber sido capaz de generar alrededor de mi firma una credibilidad, una comunidad de lectores, una gente que sigue mi trabajo… Y los periodistas que consiguen eso, ser una firma reconocible y que sea seguida por los lectores, tienen un valor mayor para sus empresas y para ellos mismos. Es algo deseable. No como marca. No me parece que el término correcto sea marca; yo no soy una marca, pero sí una firma”.

- ¿Los medios nos estamos preocupando más por ser virales que por contar bien las cosas, por hacer contenidos de calidad?

“Yo creo que muchas veces lo que es viral es porque interesa a la gente. Eso no significa que sea malo. Al contrario, contar lo que interesa a la gente es un valor para el periodismo. Pero los periodistas tenemos que intentar contar también lo que es aburrido cuando es importante, aunque no interese a todo el mundo. Nuestro trabajo consiste en que cosas aburridas interesen a más gente. Muchas veces es difícil”.

- Se supone que escribir en internet es diferente y que se debe apostar por textos más cortos y con más enlaces, pero en eldiario.es no parecen seguir esas normas…

“Eso es un tópico. Yo creo que ahora mismo internet es un soporte tan óptimo para leer como el papel. Yo paso más tiempo leyendo en pantallas que leyendo en papel, así que no creo que sea indispensable que los textos sean cortos. Podía ser así antes, cuando la gente no estaba acostumbrada a leer en pantallas y cuando las pantallas eran mucho peores, pero hoy se lee estupendamente hasta en la pantalla de un teléfono móvil. No creo que haya que escribir textos cortos, creo que hay que escribir lo que se necesite escribir. Hay veces que una información es mejor en corto y hay veces que es mejor en largo, dependiendo de lo que tengas, de su calidad y de su valor. En función de lo que tengas que contar necesitarás un texto de una extensión u otra”.

- Lo que sí ha cambiado con la rapidez y la tecnología es la aparición de erratas. ¿Pueden permitirse en la redacción la figura del editor, algo así como el corrector tradicional?

“No de manera establecida como tal. No tenemos un proceso tan rígido, pero sí que hacemos ese trabajo en la mesa. Nosotros tenemos en la redacción, además de cada jefe de sección que se hace responsable de todos los textos que pasan por su sección, una mesa con varios periodistas senior que se ocupa, además de coordinar la información, de fiscalizar esos textos y de editarlos, claro. Con editarlos no me refiero a quitar erratas, que también, sino a decir aquí falta esta fuente, aquí falta comprobar este dato, aquí falta chequear este enfoque, deberías arrancar por aquí y no por ahí…“.

Ignacio Escolar visitó Tenerife para participar en Tecnológica Santa Cruz

- ¿Cómo cree que debería ser la transición de los medios tradicionales hacia nuevas estructuras más simples, más ligeras?

“No me atrevo a dar consejos porque considero que es un problema tremendamente difícil. La época en la que me tocó a mí abordarlo como director de Público no tenía respuestas sencillas. Creo que el problema se define por varios factores. El primero, que el principal problema para los periódicos es que tienen su audiencia en Internet y sus ingresos en papel, y eso hace que no puedan renunciar a sus ingresos para ir a por su audiencia y que tampoco puedan renunciar a su audiencia para ir a por los ingresos, porque además los ingresos en papel cada vez son menos. Pero es muy complicado, porque tienen una pata en cada mundo, la de los negocios en el papel y la de la audiencia en internet. Tienen que decidir si quieren matar su presente para ver si alcanzan el futuro o quedarse en el pasado… Es una situación tremendamente compleja y no me atrevo a dar consejos. Lo que sí que creo es que, de las pocas certezas que existen, una es que el valor de la marca periodística, de la firma de los periodistas y de la credibilidad que transmite esa cabecera es el principal capital, con lo cual, sea cual sea la estrategia, tienes que tener muy claro como director de periódicos que tu principal mercancía es eso, no es el papel, no es el papel manchado de tinta, es la credibilidad, el que seas capaz de transmitir eso a la gente que te lee. Un periódico, al fin y al cabo, es una relación de confianza entre lectores y una redacción que se vertebra alrededor de una cabecera, que puede ser El País, que es una cabecera de tiene casi 40 años, el ABC, que tiene un siglo, o eldiario.es, que tiene año y medio. Pero es esa relación de confianza. A largo plazo, quien sea capaz de mantener esa relación de confianza con los lectores, y quien tengan una comunidad amplia y que crea en la información que transmita ese medio, ganará. Aunque a corto plazo lo vamos a pasar mal casi todos”.

“Un periódico, al fin y al cabo, es una relación de confianza entre lectores y una redacción que se vertebra alrededor de una cabecera”

- Una cosa por la que han apostado ustedes en eldiario.es es por la transparencia. Han publicado todas sus cuentas, los sueldos de todos los redactores…

“Es algo básico para conseguir confianza. No puedes pretender defender un negocio basado en la información y que tú no la des. No puede ser que los periódicos sean más opacos que aquellas instituciones a las que reclamamos información. En mi caso, además, hay un elemento añadido, y es que le hemos pedido dinero a la gente. Le hemos pedido a los lectores cinco euros al mes para ayudarnos a ser independientes y lo justo es que, después de que ellos te apoyen con ese dinero, les devuelvas la confianza dándoles información y que sepan de verdad qué estás haciendo. Además, más allá de que haya personas buenas o malas, que siempre las hay, creo mucho en construir instituciones en las que los mecanismos de autocontrol funcionen sin necesidad de la buena voluntad de la gente. Es decir, que tengas mecanismos de contrapoder, mecanismos de recompensa, que te empeñes en hacer las cosas bien incluso por tu propio interés. En nuestro caso, depender de los socios y el obligarnos a contar las cosas nos vacuna contra determinados abusos. Si yo pasado mañana enloquezco y quiero tener un avión privado no lo voy a poder hacer. Aunque mi empresa dé muchísimos beneficios, porque mi lector no me lo toleraría. Y si pasado mañana decido explotar a becarios de manera abusiva en mi redacción tampoco voy a poder hacerlo, porque tendré que contárselo a mis lectores y tampoco me lo tolerarían. Y eso hace que la manera de crecer vaya a ser más sana independientemente de mi propia responsabilidad como director. Me estoy obligando a ir por unos cauces”.

“No puede ser que los periódicos sean más opacos que aquellas instituciones a las que reclamamos información”

- Hablando de las aportaciones de los socios, que les ayudan a ser independientes, pero no son la única vía de financiación, ¿cree que un medio puede construirse solo basándose en la fórmula de la voluntad, del micromecenazgo?

“No, nosotros no creemos solo en la buena voluntad de los socios. Nuestro modelo de ingresos es mixto. Un tercio lo ganamos de los socios y dos tercios de la publicidad. Lo que pasa es que los socios nos dan varias ventajas. La primera es que ningún anunciante por separado suma tanto como los lectores. Y eso significa que tu primer cliente, el primero de todos, son tus lectores. Y eso es otra de esas recompensas que hay que ponerse para que al final las cosas vayan bien. Al final, si llega el día, que no ha llegado pero podría llegar, en que un anunciante me presiona para que dé una noticia a su favor, o para que no dé una noticia en su contra, aunque quisiera hacerlo, porque es un gran anunciante, no podría hacerlo porque mi lector no me lo perdonaría. En definitiva, los lectores me permiten negociar en mejores condiciones con los anunciantes”.

- ¿No se han visto presionados por algún anunciante para retirar o moldear alguna información? ¿Ningún anunciante se ha ido?

“No. Todos los anunciantes han entendido cómo era el medio, y sobre todo han entendido algo fundamental, que lo que compra el anunciante es la credibilidad del medio, aparte del espacio publicitario. Lo que compra es pegarse a la credibilidad de un medio para así obtener credibilidad en su marca. Para los anunciantes estar en una marca creíble es bueno, y si tú estás en un medio que se vende a los anunciantes, a lo mejor a corto plazo es bueno, pero a largo plazo no, porque los anunciantes no tendrán ningún interés en estar ahí, porque no tiene ninguna credibilidad estar ahí”.

- Hace poco comentó que querían introducir una figura nueva, el socio mecenas…

“Sí, ahora tenemos un socio que paga 60 euros al mes, pero estamos preparando otro tipo de socio, que sería el socio mecenas o el socio patrocinador, que pagaría algo más, 150 o 120, y le daríamos más cosas. Probablemente una colección de libros, de las que sacamos cuatro al año… O sea, te suscribirías, además de a eldiario.es, a las revistas y a los libros… Y estamos buscando esas fórmulas porque en una encuesta que acabamos de hacer hay muchos socios que nos dicen que estarían dispuestos a pagar más dinero a cambio de otras cosas. También nos planteamos cosas como desayunos con la redacción para que puedan preguntarnos dudas, más contenido editorial.. No sé, tenemos que definirlo”.

- ¿Es de los apocalípticos que considera que este es el peor momento para el periodismo o de los que piensa que no ha habido otro momento mejor porque ahora, con la tecnología actual, cualquiera puede montar un periódico?

“Es que son las dos cosas a la vez. Es el peor momento industrial y laboral para el periodismo, pero no informativamente, porque existe la ventaja de que cualquiera puede hacerlo, de que el acceso a los medios de información ya no está cerrado a los que pueden comprar una rotativa, y eso es una excelente noticia. Si no fuese por la tecnología, que es lo mismo que está matando la parte laboral de la profesión, habría sido impensable que pudiéramos montar un grupo de periodistas un periódico”.


“Si no fuese por la tecnología, que es lo mismo que está matando la parte laboral de la profesión, habría sido impensable que pudiéramos montar un grupo de periodistas un periódico”

- ¿Retiraría una información si los lectores te lo pidieran? Ha habido casos conflictivos, aunque más bien por opiniones…

“Sí, exactamente. Hemos tenido conflictos, pero por opiniones. Y no, no la retiraríamos. De hecho, cuando hemos tenido los conflictos más grandes no hemos retirado las opiniones, se han quedado publicadas, que es distinto. No la retiraría. Nosotros tenemos un poquito de miedo de depender de los lectores. Es lo que yo llamo el espejo de Blancanieves, que es que el lector busque en el medio un reflejo ideológico que refuerce sus prejuicios, y que le diga lo guapo, lo alto, lo listo que es, y no le diga lo que no quiere escuchar. No queremos eso. Y esto es un riesgo, pero es un riesgo que se combate con información, porque son más los lectores que prefieren que les digan la verdad a que se la edulcoren. Al ser un medio, el nuestro, claramente comprometido, de izquierdas, hace que determinados temas puedan llegar a ser tabú… pero yo creo que la mayoría de nuestros lectores entienden que sobre cualquier tipo de prejuicio está la información y que, aunque la información perjudique a gente que tú consideres los tuyos, tienes que darla porque a la larga siempre será mejor”.