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El potencial de las opiniones renovables

   

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

¡Vaya semanita! Los sondeos dan un empate técnico entre quienes dicen que se ha encontrado petróleo y los que lo desmienten. Va a ser más seguro hallar residuos fósiles en un vinilo de los Rolling Stones que en el fondo marino de Canarias. Ese disco está rayado y la matraquilla suena al compás de las maracas de Antonio Machín.

Una gota no hace océano, aunque corran ríos de pasión. Lo que hagan otros con el oro negro le es indiferente al incombustible Paulino Rivero, que se opone a las prospecciones con toda su crudeza. “Lo más sensato es que se reconozca que los recursos del subsuelo pertenecen a los canarios”, declaró en Teide Radio. No se tiró por el balcón, presumiblemente porque tampoco es competencia autonómica. Se desconoce si pedirá la transferencia.

Entre tanto jaleo, el Gobierno regional se ha tomado a cachondeo los “bulos” de Repsol e insinúa que los barriles son de güisqui de etiqueta negra.

La mancha de la confusión se extiende a costa de la transparencia. En el debate sobre un modelo basado en las opiniones renovables, Rivero defendió el gas por ser “más barato y menos contaminante”. En respuesta a un reproche de Román Rodríguez, el presidente cifró el ahorro en casi 300 millones de euros. El portavoz de NC tachó de “contradictorio” y “poco razonable” que se llene la boca con el “no al petróleo” mientras se ensucia las manos para “imponer” un recurso que “cortocircuita” el desarrollo de las energías limpias en las Islas, en aparente discordancia con un pronunciamiento posterior del Parlamento.

Las aspas de los molinos de viento airean quijotescos conflictos internos que enriquecen la dialéctica de la memoria crítica. La rifa de la RIC ha sido retirada por sospecha de incoherencia manifiesta. Las papeletas para la excursión fiscal están arrugadas. Una visita a la hemeroteca premia la sagacidad. Los escritos son numeritos que distorsionan las versiones de los políticos. En los juegos de cansinos, las bolas caen sobre las casillas de la ruleta tras varias vueltas al vacío.

Encima del tapete, Nueva Canarias (+PIL) perdió la apuesta de la reforma del sistema electoral. Su proposición de ley topó con los topes de los grupos oficialistas (CC y PSOE), en tanto que el PP y el CCN apoyaron la tramitación de la iniciativa.

Igual fortuna tuvo el Cabildo de Gran Canaria en su envite para probar suerte con los hoteles de cuatro estrellas una vez que el Tribunal Constitucional ha admitido el recurso de Mariano Rajoy contra la ley de renovación turística por azar de José Manuel Soria.
El día en que el BOE publicó la “metedura de pata”, según Martín Marrero, el Ejecutivo sorteó la incertidumbre con un decreto.