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Una vecina culpa a Aqualia por pagar 491 euros de agua en solo dos meses

   
Las oficinas de Aqualia en Puerto de la Cruz están ubicadas en la zona de Playa Jardín. | MOISÉS PÉREZ

Las oficinas de Aqualia en Puerto de la Cruz están ubicadas en la zona de Playa Jardín. | MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Puerto de la Cruz

Ludmila Mayer lleva desde hace un año una lucha incansable con Aqualia, la empresa responsable del suministro de agua potable en Puerto de la Cruz, porque quiere que le expliquen por qué ha abonado en dos meses 491,79 euros en la factura cuando la media anual de los últimos seis años no sobrepasa los 142 euros.

Este importe excesivo es de febrero-marzo de 2013 y equivale a 365 metros cúbicos de agua, es decir, 365.000 litros, la cantidad que consumirían siete piscinas de la comunidad y corresponde a lo que gasta en cuatro años y medio, ya que el consumo medio mensual de su vivienda, ubicada en la zona de El Durazno y donde solo viven dos personas, ella y su hijo, es de unos 7,5 metros cúbicos.

Hizo todas las pruebas pertinentes, cerró llaves, comprobó la velocidad del contador y no se detectó ningún problema, así que ante la imposibilidad de conocer el origen de este elevado saldo de lectura, se dirigió a Aqualia para que sus responsables intentaran buscar la solución y el origen de su problema.
Lo más grave es que esta ciudadana ha tenido que pagar, dado que si no le cortaban el servicio. Antes de eso, acudió a Aqualia y le dijeron que tenía que cambiar el contador para poder comprobar el consumo porque las lecturas realizadas eran correctas igual que el funcionamiento del mismo, pero que el gasto debía afrontarlo ella. No obstante, para solicitarlo, debía dirigirse a la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias, donde tuvo que hablar con varias personas hasta que una le dijo que “el contador es mecánico, no tiene memoria y por lo tanto, si antes y después funcionaba bien, no había forma de saber por qué hubo ese salto de lectura”.

Sin embargo, en octubre de 2013 acudieron trabajadores de la empresa y tuvieron problemas para comprobar correctamente el dispositivo, ya que el indicador de 1 litro y el de 10 no se podían ver bien. “Dejaron salir 100 litros de agua y se presenció aceleración del contador en un 25% aproximadamente y en la repetición de otros 100 litros demostró que la aceleración era de 10%”, precisa. No obstante, al tratarse de un aparato con más de 10 años, le aclararon que “no se podía ver exactamente el movimiento de la brújula”. No obstante, le aseguraron que elaborarían un informe, realizarían una petición de contador y que la oficina se pondría en contacto con ella pero eso nunca sucedió, fue ella quien siempre se dirigió a Aqualia.

Desde la compañía le dijeron que “se podría haber roto la cisterna”, pero al preguntar cuánto tiempo tenía que correr para perder 365 metros cúbicos le contestaron que unos cuatro meses. “Pero el recibo anterior y el posterior eran normales, así que no puede ser”. También apuntaron que el problema podía deberse a una rotura de tubería que se arregló, “pero si esto hubiera pasado tendría que tener la casa inundada” y los seguros de su vivienda y de la comunidad no han registrado gastos.

Sin resignarse a un hecho que considera injusto, e impotente porque vuelva a suceder, escribió una carta a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) contándole lo que había sucedido. Pero la respuesta de la OMIC “fue copiada exactamente de la de Aqualia”, afirma.

Cuando volvió a acudir a la concesionaria la respuesta fue la misma, que tenía que cambiar el contador. Y finalmente el año pasado lo hizo. Sin embargo, sabe que no usó esa agua. “Me siento impotente por dos cosas, porque siempre me contestaron lo mismo: que tenía que cambiar el contador y pagar, si no me cortaban el servicio, y segundo, que no sé qué pasó y creo que alguna explicación tiene que haber”.

Esta vecina considera que todo lo sucedido es “una injusticia, una situación que no se ajusta a la realidad aunque aparentemente todo es correcto” y no entiende cómo no se puede detectar el problema. También teme que pueda enfrentarse a un nuevo despropósito y cargar con unos gastos que no le corresponden. Por todo ello sigue exigiendo una respuesta.


“Exceso de celo” por parte de Salud Pública
El Ayuntamiento de Puerto de la Cruz no entiende “el exceso de celo” de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario a la hora de imponer restricciones en el agua de consumo humano y que afecta a varios barrios de la ciudad.

Según los resultados de los análisis encargados en las últimas horas, uno realizado por Aqualia y otro solicitado a un laboratorio externo, los parámetros bacteriológicos descartan anomalía alguna en el servicio, por lo que se ha solicitado de manera urgente el levantamiento de la restricción.
Las instalaciones que aportan agua a Puerto de la Cruz “son las únicas de la Isla que cuentan con controles desde el punto de origen hasta llegar a la red de abastecimiento público, capaces de detectar anomalías incluso en la turbidez de salida del líquido elemento, por lo que el seguimiento y calidad está garantizado”, asegura el Consistorio en una nota.

El servicio garantiza la calidad para el consumo en la red de abastecimiento dado que no supera el límite de turbidez establecido e incluso está por debajo.

A la vista de los resultados obtenidos, el Ayuntamiento y el Servicio Municipal de Aguas Aqualia, esperan la rápida resolución por parte de la Dirección General de Salud Pública, a pesar de que hoy es festivo en Santa Cruz.