Las carteleras de los cines de esta capital anunciaban hace unos días hasta seis películas con la estela de los premios Óscar, más algún título extranjero interesante de reciente estreno. Entre las primeras atesoraban una decena de estatuillas y más de veinte nominaciones. Una larga cola de espectadores, poco vista en otras ocasiones, a la espera de abrir las salas parecía delatar la apetencia de aquellos por degustar los largometrajes galardonados. Percepción errónea. Todos los componentes de la cola abarrotaron una sola sala, la de mayor aforo. Les esperaba Ocho apellidos vascos. Arrasa desde su estreno. Lo están catalogando ya como fenómeno sociológico. Qué le voy a decir, estimado lector, que usted desconozca. Dejando los juicios de valor para los verdaderos críticos de cine, al parecer se ha ganado el reproche tanto de sectores de la izquierda nacionalista vasca como de la derecha por, entre otros aspectos, banalizar el entorno que se presenta. Tener ocho apellidos vascos para una persona nacida en el País Vasco era algo habitual en épocas pasadas. Dejó de serlo, de forma paulatina, a mediados del siglo XX, por el flujo de trabajadores de otras regiones al tejido industrial vasco. Yo nací en 1960 en una comarca vasca con una gran actividad fabril y mis ocho primeros apellidos son García Fernández Sebastián Moncalvillo Juarros Castrillo Fernández Pascual. Ya ven que son vascos, vascos. Bueno, quizás García sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Aprendidos en los años de la infancia por ese acercamiento anual a los cuatro abuelos, nunca los he vuelto a escribir hasta ahora. De los dos últimos, incluso, he tenido que tirar de memoria familiar. En esto de los apellidos, hoy en día, uno no debe darle más importancia de la que tiene. Vamos a ver. Un canario se presenta en un lugar de cualquiera de las tres provincias vascas en solitario o acompañado. Hace amistades y en un momento de la conversación surge el tema de los apellidos. El canario les asegura que él tiene los ocho apellidos vascos, pero que su familia es toda canaria. Sus padres y sus cuatro abuelos. Los cita: Arteaga Lecuona Salazar Ayala Iriarte Zárate Anchieta Arozarena. Vascos, vascos.