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La fusión de centros de la ULL, en manos del Gobierno de Canarias

   
Central de la ULL

Universidad de La Laguna. | DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

La reestructuración diseñada por la Universidad de La Laguna (ULL) para recortar gastos y mejorar la eficacia de los centros y departamentos está en su fase final. Tras concluir el trámite interno con la aprobación de las relaciones de puestos de trabajo del personal laboral y funcionario de Administración y Servicios, el proyecto está ahora en manos del Gobierno de Canarias, que debe refrendar en las próximas semanas el nuevo diseño del campus lagunero.

Según confirmaron desde el Decanato de la ULL, el propio director general de Universidades del Ejecutivo ha remarcado al rector que en mayo convocará al Consejo Universitario de Canarias para aprobar la fusión de centros (de las 23 facultades que hay ahora se pasará a 9 y una Escuela de Doctorado y Estudios de Posgrado), antes de que el Consejo de Gobierno dé el visto bueno a la iniciativa. Las mismas fuentes señalaron que, en principio, las nuevas facultades comenzarán a operar ya el curso 2014-2015. “Una vez se publique en el BOC quedará cerrado definitivamente el proceso”, recalcaron desde la ULL, quienes calificaron de “éxito” el proceso de remodelación de la institución académica, “una propuesta con un alto grado de concierto por parte de los decanos”.
“Se ha garantizado que los nuevos centros superen el mínimo de 1.000 alumnos, entendiendo que por debajo de esta cantidad la eficiencia organizativa se reduce. Otros criterios cuantitativos han sido el número de profesores y titulaciones de grado y posgrado”, señalaron desde la ULL.

Como criterios cualitativos se han tenido en cuenta aspectos como la afinidad de rama y la compartición de edificio. Cuestiones tales como la proximidad geográfica se han “relativizado” en función del valor estratégico que determinadas fusiones aportaban, particularmente en el caso de Ciencias de la Salud y de las ingenierías. “Centros que ya tienen una dimensión extremadamente grande, dígase facultades de Educación o la de Derecho, no requerían ser fusionados”, recalcaron las mismas fuentes, quienes recordaron que la prioridad fue “mantener el compromiso de defender la plantilla de personal docente investigador y de administración y servicios; o, si no, al menos reducir el impacto que puedan tener futuros recortes que sobrepasen la capacidad presupuestaria”. “Además, hemos querido afrontar responsablemente la situación de inequidad y disfuncionalidad organizativa existente en la ULL”.

“En un contexto de restricciones no podemos seguir funcionando manteniendo desequilibrios, tales como: centros con pocas titulaciones y un número reducido de alumnado, áreas de conocimiento desdobladas en varios departamentos, estructuras administrativas y de servicios desiguales, etc. Por tanto, se ha buscado ajustar nuestra estructura desde un criterio de equilibrio interno mejorando el funcionamiento de los centros y departamentos, a la vez que reducimos costos organizativos”, concluyeron desde la Universidad de La Laguna.