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‘His master voice’ – Por Ramiro Cuende Tascón

   

La verdad es que no puedo con las razones de Paco. Representa algo que detesto desde niño. Personas que repiten por activa y por pasiva el rollito de su señor. Al inicio bajo las directrices del padre confesor, mas tarde del jefe de filas, y, de mayor, desfilando a golpe de pito y talón. Las gafas torcidas, la moña corta y grasa y, por supuesto, entullado de papeles que mueve sin cesar usurpándolo todo con un maleducado y malentendido derecho; el mini PC, la tableta, y no sé que más, también regado por la tertulia de turno. Ha de parecer un currito tenaz, moviendo la cabecita y haciendo aspavientos, protestando por sus tiempos de cháchara y por el acoso de todos contra él, no vaya a ser que el jefe le quite la mantita que le tiene puesta a los pies de su cama junto a los dogos celtíberos -su echadero- por no defender los argumentarios del día con el ahínco debido. Al salir, yendo al siguiente tontódromo grita por los pasillos ¡Todos conspiran contra mí, así no se puede! Tras conocer por los papeles del maligno, los de Bárcenas, el que nadie conoció, y al que Acebes, presuntamente, dio las órdenes para montar un goloso sobrecito que sacara del fango al de Libertad Digital, la del que estaba en la COPE, no me extrañaría que por los mismos bemoles, se ensobrara a este chico. Parece tener dones divinos, en número de dos; la ubicuidad y la infalibilidad. Es la leche. Si uno enciende la tele o la radio, a la hora que sea del día que sea, existe un alto índice de posibilidades de que uno se encuentre a Marhuenda haciendo puños con uno o con varios, fajado con o sin razón, a él le da igual. El trabaja para quien le paga, su viejo amigo del partido -no de fútbol- aunque este amigo del que les hablo es un forofo del Madrid y del Marca, su lectura favorita, tras abandonar el Capitán Trueno.

El otro don de Paco, es que tiene a mucha honra el no equivocarse jamás, tan es así, que es el que más sabe de todo, como el repelente niño Vicente, más que la fuente dado que habla en directo con su amo ¿Será Paco uno de los asesores fuentógrafos de Mariano, el plasmado?, que de nuevo vive su letargo cual oso del celtibérico show que nos regala cada día. Pase lo que pase, no se preocupe. Para que haya pecado mortal, nos decían en el colegio, me lo recordó un amigo hace poco, han de darse tres circunstancias; la primera, que exista materia grave, segunda, el pleno conocimiento del mal, y, por último, una anuencia pleno. Dicho lo cual es imposible pecar mortalmente. Me quedo más tranquilo.