Maduro, casi Kim Jong-un – Por Gerardo Daniel Settecase

Cada tanto Corea del Norte, totalitarismo asfixiante cuyos ciudadanos aceptan hasta que su “amado líder” el genocida Kim Jong-un, imponga el corte de pelo a llevar; cuando sus arcas decaen por sus gastos en armas, alardea de ellas para que Corea del Sur, China, Japón y EE.UU. le regalen alimentos y medicinas para un pueblo domesticado con represión, militarización, unipartidismo, y se traiciona mutuamente por arroz y pan. Y cada tanto, en atroz fotocopia, Nicolás Maduro -imposibilitado militarmente- ataca verbalmente a EE.UU., vecinos no chavistas, oposición interna, Europa, y medios de comunicación, acusándoles de que en Venezuela falten comida y medicinas, mientras compra armamento de guerra y represión, colectiviza la economía -pero el sí debe importar alimentos-, regala petróleo y busca imponer el unipartidismo violando la división de poderes, al ordenar a la Asamblea Nacional la expulsión de una diputada opositora, aunque -vale reconocerlo- la señora Machado se pasó cuatro pueblos. Ahora Maduro, en su modelo no ya castrista sino norcoreano, amplía su -visible en las calles- fracasado intento de domesticar al pueblo educativamente, militarizando acólitos, reprimiendo protestas, o promoviendo la traición por arepas. Tal ampliación, a la “norcoreana”, es la Ley Habilitante que impone a propietarios que alquilaren a alguien por mas de 20 años una vivienda, el que obligatoriamente deban vendérsela, bajo pena de multas expropiatorias dado el monto mínimo de estas. Tal medida, que viola garantías constitucionales sobre propiedad privada, su goce y explotación, demuestra las mentiras del extinto Hugo Chávez acerca de que construiría millones de viviendas, y que Maduro, ante su fracaso por domesticar al pueblo, busca acólitos copiando, con esta medida abandonada hasta por Cuba, el totalitarismo de Kim Jong-un de quien dependen vida y bienes del pueblo, por lo que, en cualquier momento, los panas probablemente deban raparse.

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