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¡Valiente eolista! – Por Ramiro Cuende Tascón

   

Los eolistas son una secta bien desconocida que adora a los vientos, especialmente a los eructos de lesa humanidad. Eructan a diestra y siniestra, especialmente a esta última, como una continua demostración de sus creencias. Son, por lo general, gente enajenada. Como dijo el irlandés J. Swift, en Historia de una barrica, al tratar sobre el origen, usos y perfeccionamiento de la locura en una sociedad.

Las mayores atrocidades y proezas llevadas a cabo en la historia de la humanidad por influencia de un ser; creación de imperios, desastres, nuevas religiones y exterminios de todo orden, han sido llevadas a cabo por personas cuyas facultades naturales de razonamiento habían quedado perturbadas gravemente a causa del régimen de vida, la educación y el predominio de un temple obtuso, además de vapores en el cerebro. La señorita Moneys, más conocida entre sus círculos como Mónica de Oriol, debe ser una “neotodo” de tomo y lomo. Neo; dinerócrata, chupatintas, fascista, liberaloide, nuevatrica, una loquita que de haber vivido a principios de los cuarenta en Renania, se hubiera llevado por delante entre sus “ni-nis”, además de a los improductivos, a los dementes, enfermos mentales, haraganes, discapacitados físicos y a toda clase de parásitos -perroflautas- y muertos de hambre por la gracia de su dios, el dinero, su becerro de oro.

Este país va a tener que cerrar de inanición. No cabe mayor densidad de gentuza, golfos, estafadores, salvapatrias, impresentables y corruptelas por metro cuadrado. Cada día me desayuno con el eructo de algún pájaro o pájara, es el caso, a los que no les tiembla el pulso para proponer la ultra pirueta, la más arriesgada con relación a su sagrado arte, el de la gurrumina.

La presidenta del Círculo de Empresarios, había afirmado que actualmente hay un millón de personas en España “con cero cualificación” y un salario mínimo, a quienes las empresas están obligadas a pagar “aunque no valgan para nada”. Al final. “Me equivoqué en la manera en que me expresé. Lo siento y pido disculpas. Al hablar de los jóvenes sin formación -afirma Oriol- utilicé una expresión muy poco afortunada, que ha dado lugar a interpretaciones totalmente contrarias a lo que yo misma pienso”.

Traducción: pienso exactamente así, pero sé que es tan infame que no debo decirlo en público. Y, a vivir que son dos días. Cuando se mete la pata se dimite, lo de las disculpas es de cara al círculo. Ya está bien de cachondeo.