X
economía>

Libby’s aguanta el tipo

   

ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife

En Tenerife (y hasta en toda Canarias), cuando se dice Escuder, a la vez se menta la industria local y también, como no podía ser de otra manera, a la histórica empresa Establecimientos Industriales Archipiélago, SA (EIASA), una firma en la que puso todo su empeño el padre de los actuales herederos de esta entidad productiva, el conocido y reconocido Arturo Escuder, fallecido en 1992. También hay otra vinculación más directa entre ese apellido y una marca comercial, que es la de Escuder con Libby’s.

¿Qué consumidor canario no conoce esta marca alimentaria que se sigue fabricando en Tenerife? Hay pocos en las Islas que no la hayan consumido, o al menos que no la recuerden.

La empresa que cofundó y lideró Arturo Escuder en 1971 es hoy una sociedad familiar que se dedica a la fabricación de productos alimentarios comercializados, no todos, pero sí la mayoría, a través del emblema o distintivo Libby’s, que es, sin duda, la joya de la corona de EIASA.

Establecimientos Industriales Archipiélago, como explica el director financiero de esta sociedad, Jorge Escuder, en sus inicios tuvo en la Isla una planta de envasado de Pepsi Cola, en la curva de Taco y lindando con el espacio que hoy ocupa Vultesa. Además, comercializó marcas de gran renombre en Tenerife y Canarias, como las hace años muy conocidas Galletas Himalaya o cerveza Mas, ésta luego adquirida por Compañía Cervecera de Canarias (CCC) y desde hace ya un tiempo fuera de circulación.

Como se observa, la familia Escuder siempre ha estado vinculada al desarrollo industrial de Canarias, y prueba de ello hoy es, principalmente, el proyecto de fábrica para productos agroalimentarios que se radica en El Chorrillo desde 1977. Este año nació la marca Libby’s en las Islas, que se puede decir que ya forma parte de la historia local. También es a partir de ese momento cuando inicia su brillante trayectoria, lo que no excluye alguna coyuntura de crisis, la instalación industrial de la citada firma, hoy con una plantilla cercana a las 90 personas, con distribución propia, sobre todo en Tenerife y Gran Canaria, y con presencia de sus productos en todo el Archipiélago.

Aparte de la sede industrial de esa compañía en El Chorrillo, en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife, la firma que produce Libby’s tiene base propia en la isla de Gran Canaria y mantiene acuerdos comerciales con otras empresas en el resto de la Comunidad Autónoma. Esta política empresarial, como reconoce Jorge Escuder, garantiza que toda la gama de artículos que se produce en la capital tinerfeña llegue a los lineales de los establecimientos de venta minorista en todas las Islas, y de ahí a la nevera o a la despensa del consumidor isleño.

Afianzando las fortalezas
El equipo directivo y técnico de Establecimientos Industriales Archipiélago no para de buscar soluciones, de innovar, de definir nuevas estrategias y de medir otras. Se trata de un colectivo profesional que está muy vivo, y quizá por eso siempre tiene entre manos el desarrollo de nuevas marcas, productos, envases, etcétera. Ahora están con uno de esos proyectos, y en todo momento buscan sumar o ajustar artículos en su actual oferta integral de 80 para conseguir el óptimo de eficiencia. Hay que innovar, hay que apostar por la calidad extrema y siempre se debe estar con la mente activada para idear qué cosas se pueden y deben hacer. Atendiendo a estos principios, la empresa concibe planes, por ejemplo, para lograr introducir sus marcas estrella en Andalucía, una iniciativa en la que hoy se está, como admite Jorge Escuder. A este plan se unen otros relacionados con las normas de calidad certificadas (ya tienen la ISO 9001, sobre gestión integral, y la ISO 18001, de seguridad laboral); la mejora continua en los controles de calidad y trazabilidad, que ya de por sí son extremos, y la apuesta con recursos financieros propios por la I+D+i, que absorbe el 2% de la facturación de la entidad, y por la promoción y comunicación publicitaria de todos sus artículos, que siempre deben estar vivos y contener calidad ante la experiencia del consumidor local. De esta manera, lo de cumplir años se lleva con una sonrisa en los labios. Por cierto, es de lo que se trata: equilibrio y fortaleza, o sea, futuro.

La marca Libby’s es, sin duda (y así lo reconoce Jorge Escuder), la niña bonita de Establecimientos Industriales Archipiélago, y dentro de la gama de productos que se pelean en el mercado interior con esa enseña, el más consumido, el de mayor aceptación, lleva la denominación catchup de Libby’s, el famoso bote de salsa de tomate. A este se añaden los néctares, entre ellos el de melocotón y el de pera-piña.

Pero ¿por qué llamarlos Libby’s? Muy sencillo. Entonces, la propiedad de la empresa apostó por vincular sus producciones alimentarias a una marca estrella en Estados Unidos y en parte de Europa, y buscó y buscó hasta que pudo cerrar un acuerdo de uso de esa marca para Canarias y España con los titulares de tal nombre comercial en Norteamérica. La familia Escuder pactó con la titular mundial de Libby’s y así selló una alianza que se ha tenido que ir consolidando con varias empresas multinacionales que luego han ido adquiriendo aquellos derechos originarios de Libby’s.
Pese a tanto tránsito y tanta evolución, esto poco se ha notado en las estanterías de los supermercados locales, donde Libby’s nunca ha dejado de estar y siempre su producción de envasados ha estado vinculada a la actividad industrial de la familia Escuder. La propiedad de Establecimientos Industriales Archipiélago paga un canon por el uso de la enseña comercial Libby’s.

Como se ha comentado, el artículo estrella de esta industria alimentaria, empresa muy activa en el seno de la patronal Asinca, es el llamado catchup de Libby’s, una salsa de tomate que inició su notable andadura en el mercado canario en el año 1977, a la vez que arrancó la fábrica que aún sigue en El Chorrillo. Y claro que ése no es el único artículo que allí fabrican. En efecto, al catchup se une una amplia oferta de productos alimentarios e incluso género que forma parte de la gama de bebidas refrescantes, como son de forma estacional la limonada o naranjada.

En la actualidad, y así lo detalla el director financiero de la empresa, de las instalaciones industriales de El Chorrillo salen hasta 80 productos diferentes, bien por su contenido, por su marca, por su envasado… La cifra no es desdeñable, reconoce Escuder, que de inmediato se sincera y advierte (seguro que para que nadie se lleve a engaños) que la actividad de Establecimientos Industriales Archipiélago “sobrevive gracias a que hacemos productos de calidad, que es en lo que podemos competir con los demás”.

Volumen de producción
Calidad, calidad y calidad. En la planta industrial que produce Libby’s en El Chorrillo parece que no hay otra máxima que no sea la calidad. Como indica Escuder, hasta ahora éste ha sido el truco para “estar vivos” en el mercado interior de las Islas y, pese a las dificultades que han debido sortear, casi como todo el mundo, se puede decir que mal no les ha ido en lo que en breve serán 40 años de historia, que se dice pronto.
Establecimientos Industriales Archipiélago tiene en estos momentos un volumen de producción de artículos de consumo que alcanza la cifra de 10 millones de litros por año, de los 100 millones que a día de hoy, según registros rigurosos, entran en el mercado de las Islas.

Los artículos alimentarios que transforma y envasa esta empresa tinerfeña sólo “compiten en calidad”, lo que se ha podido conseguir, tal y como explica Escuder, gracias a potentes inversiones en tecnología y en I+D+i (con especial relevancia de la innovación y el know-how propio) y a la selección rigurosa de la materia prima, que, por razones obvias (la inexistencia de oferta adecuada en calidad y cantidad en las Islas), debe ser importada (gran parte de ella dentro del marco comunitario REA) casi siempre de la Península y en alguna ocasión del extranjero, sobre todo para el caso del suministro de las llamadas frutas exóticas.

La crisis económica iniciada con fuerza a partir de 2008 en España también ha tocado a la puerta de la fábrica de Libby’s, una empresa local y familiar que se plantea como principal objetivo a medio y largo plazo recuperar parte de las ventas perdidas, con el propósito de representar entre el 16%-18% del mercado interior en Canarias e incluso pensando en llegar al óptimo del 20%.

Llegados a este punto, Escuder apunta que la recesión ha dañado más la venta de los productos alimentarios con reclamo en la calidad, lo que casi siempre implica mayor precio de venta al público. Esto ha restado algo, pero ahora toca iniciar la escalada, y siempre a partir de ese principal anclaje. Calidad, calidad, calidad.