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Relevo en la dirección deportiva

   
Momento de la presentación de Medina como responsable del área deportiva de la entidad blanquiazul el 3 de julio de 2012. | FRAN PALLERO

Momento de la presentación de Medina como responsable del área deportiva de la entidad blanquiazul el 3 de julio de 2012. | FRAN PALLERO

ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife

El Tenerife 2013-2014 ya se cobró su primera víctima. Según adelantó ayer la emisora Canarias Radio, el club blanquiazul comunicó en la mañana de ayer a Quique Medina que no seguirá en el cargo al frente de la dirección deportiva tinerfeñista la próxima temporada. La noticia, sin haber sido confirmada oficialmente desde la entidad tinerfeña, ha cogido por sorpresa a los seguidores blanquiazules, justo después de que el cuadro insular perdiera en Sabadell las opciones reales que tenía de alcanzar plaza entre los clubes que lucharan por el play-off de ascenso a Primera División.

Este episodio se produce en un momento clave de la temporada, en el que el club debe planificar ya la próxima campaña y perfilar el capítulo de bajas, renovaciones y fichajes de cara al proyecto 2014-2015, que ya no será diseñado por Quique Medina.

Medina fue el encargado de hacer la plantilla que logró ascender a Segunda División el curso anterior. El Tenerife se había quedado a las puertas de la gloria en la temporada 11-12 y Miguel Concepción decidió no seguir con Pedro Cordero como director deportivo, dándole a Medina la responsabilidad de ser el máximo exponente de la parcela deportiva en el conjunto tinerfeñista. Su primera decisión no tardó en llegar. Quique Medina, que había finalizado la temporada como entrenador, optó por encomendar a Álvaro Cervera el puesto de entrenador para volver a intentar el asalto al fútbol profesional. Medina era, por tanto, el profesional que tuvo que confeccionar la plantilla en esa temporada y Suso Santana fue el primer fichaje de aquel verano.

Con Suso se empezó a configurar un vestuario que acabaría logrando en Hospitalet el deseado ascenso a Segunda A dos campañas después de caer en el pozo de la Segunda B. Luego llegaría el también canterano Cristo Martín, procedente del Marino. Iñigo Ros (ex del Éibar) y el lateral derecho Javi Moyano (ex del Melilla), fueron las siguientes incorporaciones. Quique Medina fue, junto a Álvaro Cervera, el artífice de ese retorno a la categoría de plata, y el pasado verano volvió a hacer la labor de altas y bajas, con momentos tan complicados como el tener que negociar las salidas de Nico, Tarantino o David Medina,este último quien no lo puso nada fácil para cerrar su desvinculación del club.

A partir de ahora, y con poco margen, se abre el período para empezar con celeridad a resolver los asuntos más inmediatos y urgentes de cara al proyecto de la temporada venidera, sobre todo en los casos de aquellos futbolistas que finalizan contrato el próximo 30 de junio y que el club deberá determinar su futuro.

Álvaro Cervera pasaría a tener “plenos poderes” deportivos
La primera interrogante a despejar sería quién va a ser el encargado de llevar el mando en la estructura deportiva del CD Tenerife. El club blanquiazul podría optar por ofrecer a Álvaro Cervera plenos poderes en este apartado dentro de la entidad tinerfeñista. Según apuntó Radio El Día, el preparador ecuatoguineano pasaría a ser la figura de director deportivo y entrenador, algo así como un mánager general deportivo que sería el encargado de llevar la parcela de fichajes, renovaciones bajas, y al mismo tiempo se sentaría en el banquillo como entrenador del conjunto blanquiazul.

Cervera tiene un año más de contrato, hasta junio de 2015, una vinculación contractual que podría ser ampliada más allá de esa fecha, para sumar más temporadas de matrimonio entre Álvaro Cervera y el representativo. Sabida es la buena relación entre Miguel Concepción y el propio Cervera, y la plena confianza que tiene el dirigente palmero en la figura del preparador tinerfeñista. La figura del entrenador plenipotenciario no es habitual en el fútbol español en lo que se refiere al fútbol profesional. En Inglaterra o Alemania, incluso, el director deportivo en ocasiones se sienta en el banquillo. Sin embargo, el mánager es también quien tiene la responsabilidad deportiva y la capacidad para decidir a la hora de confeccionar la plantilla, puesto que a la hora de configurar una plantilla se ha de decidir el modelo de juego, normativa en cada competición y la metodología a seguir para sacar máxima rentabilidad a todos sus componentes.

El caso más reciente en España ha sido el de Quique Hernández en el Hércules CF. El propio Hernández describía así hace unos meses su tarea como mánager del cuadro alicantino. “Lo primero para hacer el equipo es coger un folio, ver el sistema de juego que quieres jugar. Que haya uno estable y variantes. Fijarte en el presupuesto que tienes y cuando arreglas esto, buscar jugadores que tú quieres”.

2 años en el cargo
Sus primeros pasos. Quique Medina fue anunciado como director deportivo del CD Tenerife el 29 de junio de 2012, siendo presentado pocos días después.

La ilusión inicial.Medina dijo al estrenarse en el cargo estar “muy ilusionado por poder trabajar la próxima temporada en la configuración de la plantilla y coordinar toda la estructura deportiva del CD Tenerife. Ésta es mi casa y me siento muy halagado que se vuelva a confiar en mí”.

La apuesta por Cervera. El 3 de julio de 2012 Quique Medina realiza su primera acción como director deportivo al fichar como técnico a Álvaro Cervera. “Conoce a la perfección la Segunda B, ha jugado play-off, ha ascendido a Segunda A y, en base a todo eso, decidimos contratarle”, explicó Medina sobre el nuevo míster.

La plantilla del ascenso. En el currículum de Quique Medina quedará el éxito de hacer la plantilla que ascendió a Segunda A. Nombres como Suso, Cristo Martín, Guillem, Moyano o Ros, llegaron bajo su mandato en la parcela deportiva.

El caso Ayoze Pérez. Puede que haya sido uno de los detonantes para la pérdida de confianza del presidente en Quique Medina. Aunque el director deportivo se negó a su cesión el pasado verano, el hecho de no haber podido amarrar su continuidad le ha pasado factura.