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el revés y el derecho>

Ser periodista – Juan Cruz

   

Interesante tu reflexión, amigo periodista; como político, ahora, te corresponde una reflexión honda, pues en efecto tu formación política ha caído ahora en la cuenta de lo que otros sufren desde hace rato, como los socialistas y, sin saberlo aún, los populares. Éstos viven el espejismo del poder, pero por la puerta de atrás se le están yendo apoyos y certidumbres, mientras que a los socialistas ya les llegó el último aliento. Y a ustedes les está pasando una combinación de las dos cosas, por lo que observo. Así que, como político, a espabilar, a escuchar, a dejar por un rato la certidumbre del poder y a empezar a trabajar como si el poder hubiera que alcanzarlo (para servir) cada día, como si no se tuviera. Ahora bien, como periodista te imagino informando de la situación, buscando en los intersticios de lo que ocurre las razones de lo que pasó. Esa es una tarea apasionante, a la que nosotros, los periodistas como tú y yo, no podemos ir ni con orejeras ni con prejuicios. Y se ven tantos estos días, tantos prejuicios y tantas orejeras. Por ejemplo, si ahora dices de un candidato triunfador cualquier cosa que disminuya el entusiasmo que causa la victoria, o eres un reaccionario o eres un idiota que no sabe lo que vale un peine. Si estableces que un candidato o candidato que se ha quedado en más o menos no llega ahora a cumplir las expectativas que se marcó, es que formas parte de cualquiera de las dos formaciones hegemónicas. La demagogia está aquí para quedarse, y no sólo domina el espectro político, sino que se está comiendo por los pies la sacrosanta obligación del periodista, que es la misma que aconsejaba Stendhal para el novelista: ser un espejo al borde del camino. De todo lo que ha pasado, por cierto, lo que me ha estimulado más es la inauguración de la biblioteca del Puerto de la Cruz, mi pueblo. Allí nos veremos. Mientras tanto, hoy domingo nos podemos ver en la Feria del Libro de Santa Cruz, donde me han invitado a que hable por la mañana con nuestro amigo Juan Manuel García Ramos.