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Tirar piedras sobre tu propio tejado – Por Colectivo Freinet de Canarias

   

Corren malos tiempos para lo público, en todos los ámbitos del bienestar se ha producido una política de recortes injustos que claramente persiguen el desmantelamiento de los servicios públicos, poniendo progresivamente en manos de intereses privados aquellos servicios que deben garantizar unas condiciones de vida dignas para toda la ciudadanía. En el ámbito educativo estos atropellos a la escuela pública quedan patentes en la reducción de presupuestos, plantillas de profesorado y personal no docente o especializado mientras se incrementan los conciertos y las subvenciones a la enseñanza privada.

Y en medio de este panorama restrictivo y de ataque a lo público, algunos integrantes de este mismo sistema, guiados por, no sabemos qué intereses personales, en lugar de sumar, restan. Es decir, “que tiran piedras sobre su propio tejado”. Nos entristece y no entendemos cómo el esfuerzo y proceso de innovación que emprende un centro, se supone que con el concierto y participación de los diferentes integrantes de la comunidad educativa puede peligrar o desaparecer por supuestas desavenencias metodológicas; metodologías que dicho sea de paso son perfectamente aplicables y complementarias en un mismo centro.

El proyecto educativo de un centro escolar define los principios educativos, su identidad, las características del contexto donde se va a desarrollar, los valores a potenciar, los aspectos básicos del currículo, la organización necesaria para ello y la reflexión-evaluación del mismo, a fin de encauzarlo y lograr la óptima consecución de sus objetivos. Y en su programación general puede contener diferentes subproyectos o líneas de intervención que favorecerán el desarrollo de los fines educativos dando respuesta a la perspectiva de una educación globalizadora e integradora con las demandas y nuevos tiempos que marcan la vida de nuestro alumnado.

Cualquier profesional de la enseñanza sabe que en este proceso, surgen obstáculos y conflictos debido a factores externos o internos. Es, entonces, el proyecto educativo de centro la pauta a seguir, dejando de lado los propios intereses individuales y pensando en la colectividad, y especialmente en el alumnado.

El reciente “supuesto conflicto metodológico” que ha saltado a la palestra en el CEIP Aguamansa, en La Orotava, es un ejemplo de lo que no debe hacerse, si es que realmente nos importa el centro educativo en el que impartimos docencia o tenemos a nuestros hijos. Es más sano y eficaz intentar resolver los conflictos, inicialmente de forma interna, con la mediación profesional o administrativa que se precise y nunca utilizarlos como arma arrojadiza que pueda, más que beneficiar, perjudicar a la larga al alumnado, al equipo docente y al mismo centro educativo. Y mucho menos alentar a las familias desde ámbitos de decisión y poder como puede ser el equipo directivo, especialmente cuando se está en un proceso de mediación, negociación o investigación del problema por las instancias pertinentes.

Defendemos y potenciamos el uso en el aula de estrategias y recursos metodológicos o situaciones didácticas que favorezcan valores como la participación democrática, la autonomía personal, la socialización, cooperación y el trabajo en grupo, el desarrollo emocional y afectivo, el autoconocimiento y el desarrollo de la autoestima y la propia identidad, el conocimiento, valoración y respeto del patrimonio natural y cultural, la tolerancia y el respeto a la diversidad, el disfrute del tiempo libre, la creatividad y la expresión artística.
Hagamos de nuestros centros educativos públicos verdaderas comunidades de aprendizaje, creación, éxito y crecimiento personal y social, y no centros de rutina, autoritarismo y desmotivación.