Que internet es un saco sin fondo, ya lo sabemos, y que en un saco sin fondo cabe de todo, también. Y que ello incluye lo mejor y lo peor del mundo, también de ello somos conscientes. Pero, como dicen algunos, y yo entre ellos, para algo se construye el criterio. ¿Verdad que así es? Todo esto viene a cuento de una charla, de una entrevista que estos días he podido disfrutar de manera profunda. Se trata de la comunicación privada convertida en hecho público entre Javier S. Burgos y la poeta Raquel Lanseros. Me ha encantado, y creo que su lectura (se halla en el portal Jot Down) es necesaria, vital, ineludible, más para lo bueno que para lo malo, y sobre todo para sentir que, en efecto, otra manera de pensar, de rechistar, de mostrar, de actuar y de trasladar a los demás aún es hoy posible. No es poco, y algunos lo sabemos.
Esa charla desprende otra forma de existir, de manifestarse, de rechazar, de criticar y de dar respuestas, y esto, que hoy es muchísimo tal y como está el patio, ha supuesto para mí algo así como el mejor regalo en cualquier efeméride. Raquel Lanseros, joven, fresca, liviana, certera y limpia en sus expresiones, a mí, y aquí solo cuento mi experiencia, me ha dado una grata lección. Y es que Raquel Lanseros logra, con la ayuda de las preguntas cursadas por el entrevistador, gritar sin emitir sonido estridente alguno; consigue formar a sus conciudadanos (las respuestas están cargadas de aportaciones a la cultura literaria y de pensamientos de notable valor) sin alabanzas y sin exhibiciones baratas y nubladas y, principalmente, demuestra que otro mundo es posible, que la dictadura actual de las ideas se puede dinamitar con el pensamiento crítico y con la canalización de voces personales y colectivas que, construidas desde el pensamiento singular, contrario, pretendan acercar la ilusión, la luz, a una sociedad que se ha ido apagando poco a poco, a veces sin remedio. Raquel Lanseros, que aparte de poeta es filóloga inglesa y traductora, cree que “la poesía es un renacer a aquello que verdaderamente es humano e importa”, y sostiene que en España: “[...] Por algún motivo del que más o menos puedo imaginar sus causas, pero cuyas causas últimas desconozco, siempre acaban gobernando, las personas menos competentes [...], y bastante más necias que ese talento que normalmente está más abajo, en las capas más populares, en las clases medias. Y eso hace de España un país particularmente duro. Porque es complicado que una persona con talento y brillante se vea suficientemente apoyada como para desarrollar y llevar a buen puerto toda esa potencialidad”. Aquí sólo una muestra del susurro de Raquel Lanseros. Gracias.
@gromandelgadog