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La cantera tinerfeña sigue viva

   
Óscar Chávez, durante su combate frente a Ubay. / SERGIO MÉNDEZ

Óscar Chávez, durante su combate frente a Ubay. / SERGIO MÉNDEZ

JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife

El kickboxing tinerfeño sigue vivo pese al parón vivido en lo que a organización de veladas se refiere y a la desaparición momentánea de muchos de los clubes que trabajan con la cantera; estos han tenido que dar un paso al costado hasta que la situación de la Federación Canaria se normalice.

El sábado, el pabellón Pancho Camurria volvió a albergar una velada, donde Jonay Risco volvía a los cuadriláteros de la Isla casi un año después, y en la que Moisés Baute no pudo subirse al ring, ya que en el reconocimiento médico se le detectó una alteración al alza de la tensión, lo que provocó que los médicos no le autorizaran combatir.

Risco volvió a lo grande con un importante triunfo para su autoestima frente a un rival de mucho peligro, el marroquí Soufiane Harrak. En los tres asaltos que duró la contienda el tinerfeño se encontró bien de ritmo y de fortaleza física pero la falta de rodaje se le notó en algunas fases del duelo.
Harrak fue un rival duro y complicó las cosas con su duro pateo y su capacidad de trabajo con las rodillas. Además, el marroquí mostró buen boxeo, pero Risco le respondió siempre con un golpe más y acabó ganando por decisión unánime.

En los preliminares, Ubay venció antes del límite a Óscar Chávez y Maikel demostró que está llamado a hacer cosas importantes en este deporte. Aday superó a Juan Antonio y los grancanarios Alcorac y Aythami salieron victoriosos.