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Un final para olvidar

   
Imagen del primer gol anotado por el Sporting

Imagen del primer gol anotado por el Sporting. / DA


MARTÍN-TRAVIESO
| Santa Cruz de Tenerife

Lo mejor que le pudo pasar al CD Tenerife es que la Liga concluyese. Y es que la racha negativa que arrastraban los blanquizules desde la jornada 36 ya era insoportable. Al final fueron siete las derrotas consecutivas que encajó el equipo de Álvaro Cervera, y porque no hay más jornadas por disputarse. Esta vez fue el Sporting de Gijón, un equipo que se jugaba algo en la última jornada, el que urgó en la herida y dejó al descubierto las vergüenzas de un conjunto en clara descomposición y al que la temporada se le hizo excesivamente larga.

El Tenerife acudía a El Molinón sin nada que jugarse, mientras que su rival optaba a colarse en los play-off de ascenso, como así logró. Así las cosas, era evidente que las ganas de unos y de otros eran muy distintas. Esto quedó de manifiesto desde el primer minuto.

Justamente eso fue lo que tardó la escuadra asturiana en cobrar ventaja. Como sucedió hace una semana, el partido comenzó de la peor manera posible. Carlos Ruiz perdió un balón y el regalo lo aprovechó Lekic, quien tras encarar a Rivas y recortar al propio Ruiz, perfora la meta tinerfeña por primera vez. Se repetía la película que los espectadores del Heliodoro vieron hace una semana.

Con esta ventaja, el Sporting se acomodó, pasó a jugar a la contra, cediendo así el balón al conjunto rival, un Tenerife que intentó igualar el marcador con un disparo forzado de Luismi que paró Cuellar.

La técnica del contraataque les funcionó a la perfección a los pupilos del Pitu Abelardo, a los que les valió tirar de velocidad para ampliar la distancia en el resultado. Carmona, con un zurdazo desde lejos, batió por segunda vez a un Rivas que volvía a aparecer en la meta tinerfeñista. 2-0 y el partido parecía visto para sentencia cuando solo se habían jugado 15 minutos. Dos tiros, dos goles.

Tras este gol se acentuó el estéril dominio tinerfeñista y llegó alguna ocasión más o menos clara. La mejor la que disfrutó Aridane. Buen balón que sirve Suso desde el carril derecho y Aridane, de cabeza, erró en su remate, marchándose la pelota lejos de los dominios del meta astur. Min 22.
La réplica a esta ocasión la puso el atacante Lekic dos minutos después, con un fuerte golpeo lejano que se estrelló en el larguero. El Molinón gritó, pero el balón no entró. De lo contrario, sería el gol de la jornada.

Y de esa ocasión marrada se llegó al 3-0 definitivo por culpa de la evidente falta de intensidad que demostraron los blanquiazules. Pierde el esférico Carlos Ruiz ante Carmona, quien después de llegar hasta la línea de fondo centra para que Scepovic ampliase un marcador que era muy abultado. Min 34.

En la segunda parte se acentuó el dominio de los blanquiazules, y eso que Cervera llevó a cabo dos cambios defensivos nada más reanudarse la contienda. Entraron al campo Ayoze Díaz y Alberto. También lo hizo poco después Borja Pérez, quien le dio algo de oxígeno ofensivo a su equipo.

Otra vez hay que decir que el árbitro, esta vez De Burgos Bengoetxea, perjudicó al Tenerife. Bernardo cortó dentro del área y con la mano un centro de Suso. Penalti claro que el colegiado no señaló injustamente. Esta vez no afectó al desarrollo del resultado final.

En la recta final del duelo, ambas escuadras hicieron méritos para marcar, pero el resultado quedó tal y como estaba, certificando así el espantoso final de temporada hecho por el Tenerife.