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No cuestan un duro – Por Carmelo J. Pérez Hernández

   

Resulta que no cuestan un céntimo de euro al Gobierno de Canarias. Ni un céntimo de euro, porque los paga el Ministerio de Educación. Sucede, además, que los elige cada año el 83% de los padres. Acontece que, mal que les pese a algunos, el hecho religioso en Canarias está inquebrantablemente unido a los gozos, las tristezas y las esperanzas de estas gentes.

Pues nada de eso parece importarle a los gobernantes de nuestro archipiélago que, imagino que ociosos ante la falta de problemas urgentes que reclamen su atención, han decidido hincarle el diente a la asignatura de Religión en la enseñanza primaria, reduciéndola ¡un 50%!. “Estos señores están aquí sólo para dar Religión. A medida que va desapareciendo la religión, se tienen que ir”, comenta en COPE José Miguel Pérez, el consejero del ramo, sobre los profesores que imparten la materia. “Mi opción personal es que la Religión desaparezca de la escuela. Pero si hay que respetar, pues respetaremos”, redondea la viceconsejera en el mismo medio. ¿De verdad nos merecemos unos políticos así? ¿En serio hay que aguantar esta política de tierra quemada ideológica, orquestada por el PSOE con el visto bueno de Coalición Canaria? ¿Y todos estos silencios, estos chantajes, estos arreglos de patio de vecinas, este “yo hago y tú te callas, y luego haces tú y yo me callo”? ¿hay que soportarlo por mantener en pie una situación política insostenible? El PP aquí no manda, pero es preciso denunciar que ellos dieron el pistoletazo de salida a esta mamarrachada al implantarla en el territorio MEC. Con esta falta de altura de miras, con tantos trapicheos sustentando tantas mentiras, a nadie extraña ya que las 50.000 firmas y las 5.000 adhesiones en internet contra la propuesta se las pasen sus señorías por el arco del triunfo. Y que lo mismo hagan con las concentraciones multitudinarias.

Por cierto, que también echo en falta el apoyo de las mareas verdes y otros colores, presuntos defensores del empleo de “los compañeros y compañeras”. Imagino que los sindicatos, con la honrosa excepción ANPE, estarán demasiado ocupados arreglando lo de “quíteme allá esas facturas de nada”. A los indignados profesionales, ni se les ha visto ni se les espera, que la cosa se pone muy chunga para cuadrar horarios ahora que han abierto las piscinas. No, no Podemos. Así las cosas, 300 profesores pueden quedarse sin trabajo el próximo curso. Trescientas familias canarias más en la indigencia? sin que con ello se ahorre ni un solo céntimo a Canarias. Porque la razón es otra, mil veces no. No a los miopes que dinamitan la convivencia para presumir de progresía. No a las componendas políticas rastreras, canallas, de quienes no ven niños y familias cuando piensan en la escuela; sino ideología y aparato político.

Y también no al silencio de los padres y madres que aún no se han implicado en el tema. Lo que está en juego es demasiado importante para que quede en manos de cuatro resabiados que a falta de logros reales podrían terminar manchando aún más la historia educativa de Canarias con sus experimentos. Las urnas: ahí es donde hay que contarles lo que pensamos y no permitir que se acerquen a menos de un kilómetro a un templo cuando estén en campaña electoral.