Un año más, Santa Cruz de Tenerife y La Laguna fueron escenario de una nueva edición de la XXVI Feria del Libro. La actual crisis económica, polÃtica y social que actualmente vivimos en este comienzo del siglo XXI no fue motivo para que un año más, los organizadores de este importante evento cultural, pusieran ilusiones y ganas para llevar a cabo la citada edición. Cierto es, que ya nada será igual que antes. Es decir, la época de bonanza; los que vivÃan por encimas de sus posibilidades y los que se aprovecharon de ella para obtener unos beneficios económicos importantes. Por todo ello, las librerÃas, editoriales e imprentas, al margen de otros múltiples negocios, compiten contra la crisis económica; revolución tecnológica digital del mundo de Internet, WhatsApp, Twitter y otras redes sociales, motivando el poco, o ninguno, interés por la lectura y el diálogo directo entre las personas.
El esfuerzo que hacen los responsables de las diferentes librerÃas y editoriales de nuestras islas por promocionar y vender libros de diferentes autores canarios y nacionales, es digno de elogiar. Amor, ilusión, voluntad, esfuerzos, constantes y responsabilidad, son los elementos que usan estas grandes personas del mundo de la cultura, con el firme propósito de seguir en la brecha y de paso, dar la oportunidad a muchas personas de tener un puesto de trabajo. Mi experiencia en esta nueva edición de la XXVI Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife, ha sido positiva, especialmente porque he podido conocer a muchas personas de la sociedad isleña, escritores, empresarios, periodistas, polÃticos, y viticultores. También, al amigo e incansable, Paco Lemus, persona siempre pendiente del más mÃnimo detalle, transmitiendo una sonrisa a sus trabajadores; clientes y amigos, con el objetivo de ofrecer lo mejor de su lado humano y profesional. Al igual que los responsables de las distintas librerÃas de las islas del Archipiélago canario; los empleados también son dignos de todo reconocimiento y elogios, pues no en vano ellos también defienden con ilusión la cultura, sus respectivos puestos de trabajos y el nombre de las librerÃas que representan. La lectura y la cultura a través del papel, no puede desaparecer. Por todo ello, un justo y merecido homenaje a todos los responsables de las librerÃas, empleados y organizadores por el esfuerzo que hacen todos los años por mantener el DÃa de la Feria del Libro.