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Del ahorro tradicional a la inversión colectiva – Por José Francisco Fajardo

   

Tras la pérdida con la crisis de más de 60.000 millones de euros de patrimonio, el sector de los fondos de inversión vuelve a los niveles máximos de 2008 y alcanza casi los 175.000 millones de euros. De hecho, el crecimiento de enero a mayo de 2014 (20.398 millones) supera todas las previsiones y se asemeja a los años 1997 y 1998, lo que supone el mejor arranque de los últimos 16 años.

Este crecimiento se debe principalmente a la migración del patrimonio financiero desde los instrumentos de ahorro tradicional, básicamente depósitos bancarios, en un contexto de remuneración en mínimos y de incertidumbre acerca del sector en plena reestructuración. Actualmente, el número de partícipes en fondos de inversión en nuestro país asciende a 5,6 millones, en una senda que se prevé tendrá su continuidad en lo que resta de año.

La oferta de fondos de inversión en España es superior a 15.000 fondos de inversión, de la mano de más de 100 gestoras, siendo las internacionales que operan a escala mundial las principales proveedoras de productos, así como la banca nacional que cuenta con gestora propia. Se hace indispensable, por tanto, contar con una metodología robusta en cuanto a la selección del producto de inversión acorde a cada perfil de riesgo. Los criterios de selección deben ser tanto cuantitativos como cualitativos, y se mide no sólo los rendimientos históricos del fondo, sino también la consistencia de éstos, la calidad de su equipo gestor y la solvencia de la gestora y sus sistemas de control de riesgos.

Entre los aspectos objeto del análisis, además del binomio rentabilidad-riesgo, se debe contemplar la estructura de comisiones (gestión, éxito, suscripción, reembolso, depositaría, custodia, intermediación, etcétera) que se repercuten al inversor detrayéndolas diariamente del valor liquidativo del fondo, su patrimonio total, su liquidez, el domicilio fiscal, la agilidad operativa para su suscripción/reembolso, proceso de inversión, estilo de gestión, evaluación del reporting, atención al cliente…

La labor de selección de fondos de inversión, así como el diseño de carteras compuestas por fondos, debe recaer siempre en manos de especialistas independientes (ajenos a la comercialización) que cuenten con las herramientas necesarias para el análisis y reúnan el expertise de mercado suficiente que les permita emitir recomendaciones al respecto. Aun así, hay herramientas online disponibles para el público, tales como los rankings y ratings de fondos, que dan una idea cuantitativa de la bondad del fondo en términos de posicionamiento de éste respecto a su categoría de inversión. No obstante, no determinan la conveniencia de los productos para el inversor.

El asesoramiento financiero independiente tiene actualmente distintas formas de expresión y no está limitado a prestar un servicio puntual a un inversor individual, sino también de forma continuada y a nivel colectivo. En esta línea, se han lanzado al mercado iniciativas pioneras, tales como algunos fondos de inversión y SICAV asesorados por EAFI que permiten el acceso del pequeño ahorrador a esos instrumentos de gestión sofisticada, hasta ahora reservados para elevados patrimonios. De esta manera, se socializa la inversión.
*DE CROSS CAPITAL
@CrossCapital