Agencias | Nuakchot
El presidente de Mauritania, Mohamed Ould Abdelaziz, parte como favorito en las elecciones presidenciales de este fin de semana, en las que tiene el triunfo garantizado si el boicot de la oposición no consigue elevar la tasa de abstención hasta conseguir que se invaliden los comicios. Abdelaziz llegó al poder a través de las urnas en 2009 tras liderar un golpe de estado en agosto de 2008 que derrocó al presidente Sidi Mohamed Ould Cheij Abdellahi. Desde entonces se ha convertido en un aliado de Occidente en la lucha contra Al Qaeda en el África Occidental.
Sin embargo, a nivel interno, Abdelaziz se ha enfrentado a una fuerte presión opositora que ya boicoteó las elecciones parlamentarias del año pasado. Las conversaciones para conseguir que la oposición participara en estos comicios fracasaron el pasado mes de abril. El presidente comparece sin rivales de entidad. “Va a ganar sin ningún género de dudas”, ha declarado en este sentido el presidente del Centro de Estudios Estratégicos Essahiva, Abderrahmane Ould Horma. “La cuestión es si la oposición será capaz de limitar la participación a través de su boicot”, ha añadido.
Sus oponentes, comenzando por el Foro para la Democracia y la Unidad han calificado las elecciones de “carnaval” y aseguran que la comisión electoral encargada de supervisar el proceso es clara partidaria del triunfo del presidente Abdelaziz. El jefe de Estado se enfrenta a cuatro candidatos, ninguno con opciones: el ex ministro Boidel Ould Houmeid, el activista contra la esclavitud Biram Ould Abeid, el ex candidato presidencial en 2009 Ibrahima Sarr y la administradora de la agencia nacional de prensa de Mauritania y segunda candidata presidencial de la historia del país, Mint Moulaye Idriss.