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Una fiscalidad de película

   
La actriz Penélope Cruz actualmente rueda una película en Tenerife. / EP

La actriz Penélope Cruz actualmente rueda una película en Tenerife. / EP

MARÍA FRESNO | Santa Cruz de Tenerife

Si de una cosa son plenamente conscientes los norteamericanos es de la importancia que el cine tiene en la proyección de la propia imagen del país en el extranjero. La marca USA nos llega a diario a través de las pantallas y para muchos es la única manera de ver Nueva York, Miami, Chicago o Las Vegas.

Más allá de la proyección internacional que pueda tener el propio lugar de rodaje, lo cierto es que todo lo que rodea a la industria cinematográfica genera dinero. Y es aquí donde Canarias puede jugar un papel fundamental; no solo por sus atractivos paisajísticos, con multitud de escenarios naturales únicos y una variada oferta de localizaciones, sino por una serie de ventajas económicas ligadas a los incentivos fiscales para la producción audiovisual en Canarias.

Por ejemplo, teniendo en cuenta el anteproyecto de la reforma fiscal que ahora inicia su andadura, las inversiones en producciones españolas de cine tendrán derecho a una deducción del 20% hasta el primer millón de euros, y del 18% (cifra que se aplicaba hasta ahora) a partir de ese millón. Es uno de los porcentajes más bajos de toda Europa, y que ha provocado que en los últimos años se hayan perdido ocho de cada diez proyectos internacionales que tenían previsto rodarse en España, simplemente por la falta de incentivos fiscales. Otro ejemplo: la ciudad de Nueva York ingresó en 2012 por los rodajes nada menos que 7.100 millones de dólares. Sería muy presuntuoso imaginar que Canarias pudiera ingresar solo la mitad por rodajes cinematográficos, pero lo cierto es que tiene todo el entramado (paisajístico y económico) para que esto sea así.

¿Paisajístico? Unas 3.000 horas de luz al año y un clima suave que hacen posible la realización de rodajes en exteriores muy diversos durante los 365 días del año. ¿Económico? Canarias cuenta con un amplio tejido empresarial dedicado a la producción audiovisual y dotado de las más avanzadas tecnologías y los mejores profesionales para apoyar y dar servicios a producciones de cualquier magnitud. Una producción cinematográfica es fuente de generación de empleo y riqueza y mueve la economía a través de diferentes sectores implicados en esta actividad, como es el caso de la hostelería, transporte, restauración, sanidad, sonido o taxis.
Pero donde realmente está el atractivo de Canarias es en el régimen fiscal debido a su lejanía geográfica del resto de España. En el caso de las producciones audiovisuales, estos incentivos se incrementan y llegan a una deducción del 38%, 20 puntos más que en el resto del territorio español, siempre y cuando la producción obtenga certificado de obra canaria y el inversor tenga domicilio fiscal o establecimiento permanente en Canarias.

Para la obtención de este certificado es indispensable que la empresa esté inscrita en el registro de empresas audiovisuales de Canarias. La producción debe ser de nacionalidad española y además rodar un mínimo de dos semanas en las Islas (en interiores o en exteriores) y contratar profesionales locales.

Además hay que añadir otras ventajas fiscales como la Zona Especial Canaria (ZEC), que permite a las productoras tributar al 4% en el impuesto sobre sociedades frente al 25-30% vigentes, o las exenciones en el IGIC (el 7% frente al 21% del IVA), o también la posibilidad de acogerse a la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) a través del sello de obra canaria, otorgado por el Gobierno de Canarias. Este incentivo fiscal posibilita una reducción en la base imponible del impuesto sobre sociedades, de las empresas radicadas en Canarias, de hasta un 90% del beneficio no distribuido a través de la dotación de una RIC.

Tenerife Film Commission, el departamento de Turismo de Tenerife encargado de facilitar toda esta actividad a través de la atención a productoras nacionales e internacionales, gestionó, solo el año pasado 115 permisos para producciones principalmente españolas, seguidas de las alemanas. Además, se recibieron 36 consultas sobre largometrajes de las que ahora mismo hay varias películas en preproducción que se rodarán a lo largo de 2014, y otras que ya están en plena grabación, como la que protagoniza Maribel Verdú, que se rueda en Fasnia.

Tenerife cuenta además con otra ventaja, y es el supercomputador HPC-Teide, del que se pueden beneficiar los rodajes, especialmente los de producciones de animación. En suma, muchas ventajas que pueden hacer que la industria cinematográfica en Canarias, si se aprovecha, sea la auténtica gallina de los huevos de oro. De hecho, se estima que por cada euro de incentivo fiscal se generan 6,90 euros de actividad económica.

Barrera (Assap): “Es una oportunidad”

En torno a los rodajes ha emergido un floreciente sector audiovisual, muy competitivo. El año pasado, solo Tenerife facturó 1,5 millones de euros a través de un total de 66 producciones audiovisuales nacionales e internacionales realizadas en la Isla. Una cifra nada despreciable teniendo en cuenta, además, los beneficios que puede proporcionar a empresarios de las Islas. José Ramón Barrera, socio de Assap Servicios Fiscales y Legales, está convencido de que es una “oportunidad única”. Su asesoría se ha especializado en poner en contacto a productoras y empresas que quieren invertir en cine porque, asegura, “es rentable”. El sistema más recomendable es “la creación de una Agrupación de Interés Económico (AIE), que puede ser utilizada como vehículo para la inversión en producciones audiovisuales aplicando la deducción por inversiones cinematográficas del 38%”. Los integrantes serán los inversores y la productora y la AIE será la titular de los derechos de propiedad de la película durante un mínimo de tres años y será quien asuma los riesgos de la producción. Cuando se constituye, se aporta o reduce capital y cuando se liquida, las AIE no tienen que pagar IGIC, ni el IAE. De estas deducciones, explicó, “se pueden beneficiar todas las empresas cuya sede de actividad económica esté en las Islas”. Entran largometrajes, cortos y series, y la deducción se aplica al coste completo de la producción. “No se incluyen los fondos de subvenciones o los costes de publicidad, marketing y distribución”, explicó.