ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife
Mayores sin recursos que viven en Tenerife, discapacidad auditiva acreditada y soluciones sin ánimo de lucro. Estos tres elementos son los que se conjugan, junto al esfuerzo y el máximo compromiso de mucha gente, en la nueva iniciativa de apoyo humano que desde la medicina ha puesto en marcha la Fundación Canaria Doctor Barajas para la Prevención e Investigación de la Sordera (FDB), una entidad que preside el prestigioso doctor otorrinolaringólogo José Juan Barajas.
El plan, que se traduce en la segura mejora de las condiciones de vida de los pacientes atendidos, se denomina Proyecto para mayores sin recursos económicos y con discapacidad auditiva, y cuenta con la colaboración económica y/o técnica de varias instituciones públicas y privadas, en especial la Fundación CajaCanarias y la Obra Social La Caixa. A estas se une Cajasiete, a través de la Fundación Pedro Modesto Campos, los ayuntamientos que colaboran en el programa (por ahora, Santa Cruz de Tenerife
-con el Imas-, La Laguna, El Rosario, La Orotava y Los Realejos), el Cabildo Insular de Tenerife (desde el programa Ansina), Cáritas y Clínica Barajas.
Gracias a todas esas contribuciones, la FDB ha podido activar desde enero pasado un programa de marcado carácter social dirigido a mayores con sordera y escasos recursos económicos, de manera que personas ya diagnosticadas en el seno de ese plan puedan mejorar su problema tras la implantación de un audífono. De esto se trata y así se está haciendo, y además con mucho éxito.
El proyecto, con duración inicial hasta julio próximo, se ha decidido ampliar hasta después del verano y prevé tener 35 beneficiarios, que serán mayores con más de 64 años, sin medios económicos o escasos recursos (menos del salario mínimo interprofesional -SMI-) y con discapacidad auditiva diagnosticada. El proceso de selección de los beneficiarios se inicia con la derivación de mayores que cumplen aquellas condiciones a través de los servicios sociales de Cáritas y de los ayuntamientos integrados en el plan. Estos se encargan de definir los pacientes objetivo, que luego, gracias a la coordinación entre todos los agentes, llegan a la Clínica Barajas, sita en Santa Cruz, donde se procede al examen médico de todos ellos.
En ese centro médico, los mayores con déficit auditivo se valoran y se concluye si pueden llevar audífonos para mejorar su problema de sordera. El camino previsto termina, si así se concluye desde el ámbito médico, con la implantación de una prótesis. Antes y después de este acto, como es lógico, los pacientes se someten a pruebas audiométricas y audiológicas por parte de profesionales.
Como resultado de la intervención, se logra, nada más y nada menos, que la mejora notable de la calidad de vida del receptor del audífono, que accede a la prótesis y a todas las pruebas y consultas necesarias de forma gratuita. Incluso existe un dinero reservado para costear el transporte de los pacientes.
Hasta estos momentos, han sido derivados a la Clínica Barajas unos 30 mayores, de los que 13 se han convertido en usuarios del programa y recibirán el audífono, por ahora sólo uno (unilateral), para así poder atender el máximo de personas y conseguir que éstas, gracias a la prótesis, regresen en condiciones dignas al mundo de la comunicación.
Fondo para la escucha
La FDB es consciente de lo mucho que aún se puede hacer para dotar a más mayores sin recursos de mejor audición, o sea, de una calidad de vida más digna. La óptima comunicación de las personas muchas veces resulta un objetivo alcanzable y, por ello, cuando no existen opciones personales de financiar una prótesis, la FDB estudia los casos y ve si puede actuar con fondos propios y de sus patrocinadores. A más apoyo económico, mayor alcance de las intervenciones, y claro que más sonrisas entre los beneficiarios. Para seguir haciendo el bien de esta manera, la FDB ha creado un fondo proauditivo. Así pretende captar recursos financieros para ayudar a gente sin medios y con sordera. El éxito de esta medida contribuirá a tener más prótesis y facilitará que se implanten en pacientes necesitados. De esto se trata y por eso la FDB ha creado tal fondo, una caja que espera aportaciones de particulares, empresas e instituciones: todo para que gente pobre pueda oír y comunicarse, que no es poco (www.fundacionbarajas.es).
“Lo que hacemos es ayudar a vivir de forma digna”
R. D. | Santa Cruz de Tenerife
- ¿Qué significado social tiene el proyecto para mayores sin recursos y con discapacidad auditiva de la Fundación Canaria Doctor Barajas?
“El principal significado es que, por primera vez, una fundación y, por tanto, el sector privado, llega a un segmento de población pobre y envejecido y en muchos casos aislado. Sus condiciones de vida nos interesan y, modestamente, queremos ayudar en un área tan importante como es la comunicación. Nuestro objetivo último, social y fundamental es ayudar a esta gente a estar en el mundo y, con ello, a estar entre personas de forma más digna. En momentos económicos como los actuales, los mayores con bajas rentas tienen, si cabe, muchas más dificultades para solucionar sus problemas auditivos. El hecho de disponer de medios técnicos y asistenciales adecuados, como los que brinda el proyecto de la Fundación, atenúa e incluso elimina los efectos derivados de esa dificultad y favorece la integración social y familiar”.
-¿Cómo se concreta esa actuación y de qué equipo integral dispone el plan médico-social que lidera su organización?
“En mi experiencia de muchos años en la práctica clínica, pude constatar la precariedad con la que vive mucha gente, de forma concreta en la situación siguiente: ‘Doctor, cada día noto que oigo pero no entiendo lo que dicen. Cuando los nietos vienen a mi casa, no puedo hablar con ellos…’. A esos comentarios respondo: ‘Necesitamos medir su audición’. Cuando me presentan la audiometría, les indico: ‘A usted se le debe poner un aparato para oír’. La siguiente pregunta del paciente suele ser: ‘¿Lo da la Seguridad Social?’ Y digo que ‘no’, que ‘lo tiene que comprar’. Y ahí se termina la conversación. Pero veamos lo del plan médico-social. Está compuesto por dos otorrinolaringólogos, un audiólogo, un audio-protesista y una directora del proyecto. A ese grupo se unen trabajadores sociales de los ayuntamientos que colaboran, más la asistente de clínica que coordina la revisión de los pacientes. El coste de la asistencia técnica que precisan las personas con déficit auditivo es elevado. Llegan a producirse situaciones lamentables de aislamiento entre los mayores ante la imposibilidad de asumir económicamente la adquisición de audífonos. Esta realidad es constatable en el día a día, justo lo que ha motivado la necesidad de realizar proyectos como éste”.
-¿Cuántas personas se podrán atender?
“Suelo insistir mucho sobre la selección de pacientes. El número debe venir determinado por los recursos disponibles, por la adecuada indicación y porque siempre es preferible una cuidadosa selección a que podamos decir al final un número elevado. Aproximadamente, 45 personas serán atendidas por el equipo del proyecto, y 35 de ellas podrán beneficiarse de las ayudas técnicas (audífonos)”.
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