D. N. M. / EP | Santa Cruz de Tenerife
Eran socios en el Gobierno de Canarias hasta que se rompió la baraja. Paulino Rivero y José Manuel Soria juegan ahora al envite en equipos enfrentados. La crispación por los sondeos en busca de hidrocarburos en las profundidades en una localización del mar que también genera olas de aguas turbulentas.
El visto bueno a la declaración de impacto ambiental del proyecto de Repsol ha elevado la tensión, como demuestran los altercados acontecidos en el acto institucional del Día de la Comunidad Autónoma, el 30 de mayo, y en el pregón de Telde. En este bullicio de confrontación, el jefe del Ejecutivo regional y el ministro de Industria se acusan mutuamente de agitar la convulsión social. Soria culpa a Rivero de incitar a la algarada y este al otro de calentar los ánimos por no escuchar a la gente.
Ayer hubo sesión doble. El presidente emplazó a su antagonista a que ponga el oído y preste atención a lo que claman los canarios. “Lo que tiene que hacer el PP y el ministro es simplemente atender a lo que ya es un grito unánime en las islas, que es que Canarias no se vende”. Desde Las Palmas de Gran Canaria, Rivero recalcó que lo esencial es que miles de canarios han dicho “basta ya”. El dirigente nacionalista advirtió de que el vocerío será ensordecedor si, como teme, la declaración de impacto ambiental en Baleares es negativa. “Si termina por consumarse lo que intuyo, que es que están cocinando adecuadamente para resolver un problema político que tienen en una Comunidad en la que gobiernan ellos [el Partido Popular], eso no lo entendería nadie”.
Por la tarde, en Santa Cruz de Tenerife, Soria tachó de “impresentable” que un alto cargo público utilice una “tribuna institucional” para llamar a la población a la “rebelión”. El exvicepresidente, con Rivero, se confesó “preocupado” por el hecho de que unas “minorías violentas” estén dispuestas a tomarle la palabra. “Afortunadamente”, comentó Soria antes de la ejecutiva regional del PP, “hay un marco constitucional” que consagra el derecho de la manifestación dentro de los cauces legales. “Lo que debería inquietar a cualquier demócrata y gobernante, sea cual sea su color político, que unos pocos lleven a cabo actos de violencia”, apostilló.
En un comunicado, la portavoz del grupo popular, Australia Navarro, aseveró que “si Paulino Rivero dedicase el 10% de su tiempo a los problemas reales de los canarios, como el empleo, la pobreza, la sanidad y la educación, otro gallo nos cantaría”. A su juicio, “la obsesión enfermiza contra los sondeos ha convertido la agenda política de Canarias en un chapapote permanente, que distrae la atención de los gravísimos problemas que atraviesa la Comunidad Autónoma”.
La diputada remarca que la gestión pública en el Archipiélago “lleva paralizada muchos meses con la excusa oficial de los sondeos y el teatrillo de Rivero”.