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En defensa de los valores caballerescos, la Castilla eterna y la unidad de España

   
En defensa de los valores caballerescos, la Castilla eterna y la unidad de España. / DA En defensa de los valores caballerescos, la Castilla eterna y la unidad de España. / DA En defensa de los valores caballerescos, la Castilla eterna y la unidad de España. / DA
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En defensa de los valores caballerescos, la Castilla eterna y la unidad de España. / DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

Elías Bacallado Hernández, presidente de Canaria de Avisos, S.A., empresa editora de Diario de Avisos, fue investido este fin de semana como nuevo miembro de la Orden de Caballeros del Castillo de la Flor de Lys.  El solemne acto tuvo lugar en el Castillo de Olmillos de Sasamón (Burgos), sede permanente de la Orden, cuyo espíritu es preservar las esencias de la Castilla eterna, la unidad de España y la universalidad de la lengua castellana. En la celebración, el Alcaide la Orden, Federico Sánchez Aguilar, procedió al cruzamiento de espada del nuevo Caballero, en presencia de Escudero Mayor, José Esteban Verdes.

Además del editor de Diario de Avisos, en la ceremonia se procedió al cruzamiento también como nuevos Caballeros de José Luis Concepción, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León; Carlos García de la Calle, socio de auditoría de la firma BDO; Antonio Pérez Ávila, neurocirujano licenciado por la Universidad de La Laguna; José Ignacio Cuevas Redondo, gerente de la empresa Gambafresh; y Pedro Rodríguez Hernández, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de Canarias.

La Orden de Caballeros del Castillo de la Flor de Lys se constituyó el 5 de octubre de 2013, en memoria de su inspirador, el periodista Enrique Beotas, fallecido en el accidente ferroviario de Santiago de Compostela, el 24 de julio del pasado año, con el espíritu de preservar la Castilla del Cid, la unidad de España y la universalidad de la lengua castellana.

Los nuevos Caballeros prestaron su juramento y recibieron el cruzamiento de espada en presencia, además del Alcaide y el escudero Mayor, de los miembros fundadores de la Orden: el ex ministro Jerónimo Saavedra, que fue presidente del gobierno canario y alcalde de Las Palmas, actualmente diputado del Común de Canarias; el abogado Williams Cárdenas, ex embajador de Venezuela en España; el empresario Jusef Nasser Eddin, propietario del Castillo de Olmillos de Sasamón; el magistrado Luis Antonio Carballera, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia de Burgos; el periodista Javier Algarra, director y presentador de “El Gato al Agua” de Intereconomía Televisión y ex director de Informativos en Televisión Española, Antena 3 TV, Radio Nacional de España y Onda Cero Radio; el doctor Raúl Llanos Estigliano, director de la Clínica Dental Alcalá; el arquitecto Julián Agustín Herrero Canal; el ingeniero de Telecomunicaciones Avelino Traba Aguado, presidente del Grupo Empresarial MAT; el doctor José Fernández Ramos, director gerente del Hospital Moncloa; el locutor Elías Rodríguez Varela, director de Promociones Abaira; y el sociólogo y periodista Javier Gállego.

Los Caballeros se hicieron acreedores de tal distinción en reconocimiento de sus méritos y bonhomía, valedores de la unidad de España, el código del Honor y los ideales caballerescos, conceptos tan arrinconados en la sociedad actual.

El castillo de la Flor de Lys, en Olmillos de Sasamón, es un privilegiado enclave del Camino de Santiago, una fortaleza erigida en 1446 por don Pedro de Cartagena, un judío converso de Burgos de origen aragonés.

Olmillos de Sasamón
En el siglo XV, el rey Juan II, que tuvo como valido a don Álvaro de Luna, donó a don Diego Gómez de Sandoval el Señorío de Olmillos, en reconocimiento a su lealtad en la batalla que enfrentó a su ejército, dirigido por el Condestable, contra los Infantes de Aragón.

Años más tarde, don Diego, necesitado de recursos, vendió el Señorío a don Pedro de Cartagena, hijo de García Franco de Toledo, que llegó a ser contador mayor de cuentas de los Reyes Católicos y de doña María, hija de don Pablo Santamaría, perteneciente al linaje de los Cartagena. De aquí que don Pedro descendiera de dos familias de judíos conversos.

Don Pedro de Cartagena, que heredó una considerable fortuna, la empleó en la creación de un mayorazgo que se extendió por varias localidades de Castilla y, en Sasamón, inició la construcción de una pequeña fortaleza que comenzó a ser llamada Castillo de los Cartagena o Castillo de la Flor de Lys, por ser ésta la enseña de la familia.

Soldado y poeta como Garcilaso, don Pedro murió combatiendo contra los musulmanes, a las órdenes de Isabel y Fernando, en el sitio de Loja.

Finalizada la dinastía de los Cartagena, la fortaleza fue propiedad de los vizcondes de Valoria, de la Casa Ducal de Gor, los condes de Arteche y, ya en el siglo XX, los San José. Muchos fueron sus avatares a lo largo de la historia, aunque, como escribiera Valentín de la Cruz, “tan pulido, tan torneado resultó, que los años y las violencias no han conseguido estropear su preciosa lámina, su perfil de potro, aún indómito, en la llanada cerealista”.

En 2003, fue adquirido por Jusef Nasser Eddin, que culminó su rehabilitación y lo convirtió en el hotel con encanto que es hoy, de nombre Señorío de Olmillos, parada más que recomendable para los peregrinos del Camino y prodigio del buen yantar en el que degustar sus exquisitos asados de lechazo al horno de leña o sus postres tradicionales castellanos.

La Flor de Lys
Muchos atribuyen la Flor de Lys exclusivamente a un símbolo de la heráldica francesa, desconociendo quizás sus raíces españolas. En 1804, Alfonso VI, rey de Castilla y de León, conquistó Madrid. Por aquellos días se sabía que en la muralla de la ciudad se hallaba escondida una imagen de la Virgen. El soberano mandó llamar al último superviviente que conociera algo sobre esta cuestión, una mujer llamada María. Por tradición familiar sabía cómo era la figura, pero desconocía el lugar exacto donde pudiera estar. La reina Constanza de Borgoña, tercera esposa de Alfonso VI, la mandó llamar para que describiera la talla. Una vez fue reproducida, ordenó que se le añadiera una flor de Lys. De este modo, ésta fue la primera representación de la Virgen que hubo en la ciudad de Madrid, recién incorporada al reino. Más tarde se llegó a encontrar la talla escondida en la muralla y es la imagen que hoy se conoce como la Almudena, cuyo nombre procede de la palabra almudaina, que significa muralla o ciudadela. La flor fue utilizada en los mapas antiguos, en las rosas de los vientos, como símbolo para señalizar el Norte. También la Cruz de Santiago la exhibe en tres de sus puntas.

Ahora, simboliza el compromiso de los Caballeros de la Orden, valedores de su Código de Honor en defensa de los ideales caballerescos y la unidad nacional.