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El espacio aéreo oceánico dejará de ser controlado desde Canarias – Por Sebastián Pérez Gonzalez

   

El pasado 19 de abril se hizo público en el BOE, el Acuerdo con Portugal por el que se crea el Bloque Funcional de Espacio Aéreo del Sureste, South West FAB (Portugal, España), donde se determina que, más del sesenta y cinco por ciento del volumen de espacio aéreo, sobre el que Canarias tenía asignada la provisión de los servicios de navegación aérea, pasará a ser llevado desde la Península. Con este recorte se pone fin a sesenta años en la que Canarias ha sido la referencia vital y amigable para todos los vuelos que utilizaban el corredor aéreo entre Europa y Sudamérica en ambos sentidos. Ha sido protagonista en todas las mejoras operativas y técnicas que han permitido en los últimos diez años multiplicar su capacidad por cinco, manteniendo los mayores niveles de seguridad operacional.
El acuerdo justifica la decisión por “la necesidad de garantizar el éxito de la integración de los flujos de tráfico con el Atlántico Norte y el Atlántico Sur”, aunque tal integración, no signifique otra cosa que las coordinaciones imprescindibles entre Centros de Control que siempre ha venido haciendo Canarias y que seguirán haciéndolo, sin cambios, quienes les sustituyan.

La verdadera razón, sin embargo, podría ser otra, como es la unificación de la tasa unitaria de ruta de Península/Baleares y de Canarias, que se traducirá en una reducción de aquella y un incremento de la nuestra. Canarias siempre ha tenido cifras de tasas más bajas debido, precisamente, al espacio aéreo oceánico, cuya responsabilidad ahora se traslada, ya que sirven a aeronaves de gran tamaño y durante casi hora y media de vuelo, que son los parámetros, pesos y distancias, que definen las unidades de servicio a efectos recaudatorios.

Tal es la importancia de los sobrevuelos que atienden el Centro de Control Canarias que, con el 10% del volumen de tráfico, se percibe, el 45% de los ingresos totales. La consecuencia lógica de no contabilizarlos, será que el resto de los tráficos, los de origen/ destino en aeropuertos canarios, tendrán que asumir la diferencia. Cabe preguntarse si la actitud del Ministerio de Fomento es una obligación impuesta por la Unión Europea para cumplir el programa de Cielo Único Europeo (SES, Single European Sky). La respuesta rotunda es que no, como lo demuestra el hecho de que todos los espacios oceánicos asociados a países europeos integrados en el programa, se han dejado fuera. Dinamarca respecto a Groenlandia (Danish-Swedish FAB), Irlanda con Shanwick (UK-Ireland FAB) y, ahora, Portugal con Azores (South West FAB). Solo España no reconoce la singularidad de Canarias, a pesar, de ser el único que, a diferencia de los anteriores, tiene en medio un tercer país Marruecos, ajeno al proyecto SES

Pero, además, si profundizáramos en el concepto de espacio único y en las razones que recomendaron su implantación en el continente, tenemos que volver a admitir la improcedencia de incluirnos en el SW FAB. El Cielo Único se creó para eliminar los innumerables espacios aéreos existentes en el continente, reflejos en el aire de las fronteras terrestres, porque limitaban la eficiencia del sistema y, también, aprovechando las nuevas tecnologías, para desarrollar aerovías que fueran más directas, con el consiguiente ahorro de fuel y emisiones contaminantes. Pues bien, nada de esto aparecen en los espacios oceánicos donde las aeronaves no atraviesan fronteras y se utilizan rutas directas, salvo que la congestión o problemas meteorológicos les obliguen a utilizar alternativas más largas. Los objetivos de reducción de tiempo de vuelo son señas de identidad de los vuelos transoceánicos y si alguna vez surgiera alguna intención de unificar espacios, nunca sería el Cielo Único Europeo, la referencia a seguir, porque responderían a necesidades radicalmente diferentes. Si acaso, a criterios de optimización de trayectorias en tiempo real siguiendo la evolución de la meteorología en ruta y ahí, Canarias podría volver a tener un papel protagonista, si se mantuviera fuera del Bloque Funcional
Al margen de circunstancias sentimentales y de la pérdida de puestos de trabajo en Canarias que representaría la aplicación del Acuerdo, es necesario hacer constar la especial incidencia que el incremento de la tasa unitaria de ruta supondrá sobre el precio de los billetes de avión. En particular, su incidencia será mayor en los vuelos interinsulares, en los de origen/destino en el continente africano y en aquellos que no cruzan la Península, pero que cubren aeropuertos europeos importantes para nuestra industria turística.

El transporte aéreo resulta fundamental para el desarrollo económico y social de Canarias y constituye la única alternativa de movilidad rápida. Resulta difícil entender, por tanto, la ausencia de transparencia con la que el Ministerio de Fomento ha manejado el proceso en estos años, en especial, cuando se trata de un tema que al incumbir a círculos profesionales especializados, mayor compromiso de comunicación y diálogo debería generar.

*INGENIERO AERONÁUTICO. MIEMBRO DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE GRAN CANARIA