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Sin pelos en las teclas>

Gracias, directora – Por Cecilio Urgoiti

   

Creo firmemente y como confirmación lo ejerzo y atestiguo a diario, que los periodistas no nos retiramos nunca: nos jubilan o nos van colocando en lugares que no queremos y buscamos otros que si nos gustan y ahí ejercemos la profesión de informar. María Antonia fue siempre periodista y además tenía madera para ser líder y para ser directora de Informativos de TVE. Durante seis años tuvo que sacar mucho de sí en un tiempo que pocas eran las mujeres que dirigían en el Ente público, y un cargo como ese siempre estuvo reservado a hombres. Ella marcó un estilo de hacer información y apostó por un gran despliegue en la información diaria, dotándola de material técnico y humano. Asimismo, le dio un tratamiento muy plural y abierto a todos los acontecimientos. Supo, desde su cargo en TVE, convivir con la llegada de la televisión comercial y mantener el liderato de la “casa”, como le gustaba llamar a María Antonia a Televisión Española. Ella cuando vino a TVE estuvo en Informe Semanal, programa del que fue reportera. Si se me permite, lo mimó y potenció. Ella ha pasado también por grandes medios de prensa escrita como Interviú, Tiempo o El País. Ha ejercido de colaboradora en tertulias en cadenas de radio, como la Cadena Ser, o en televisiones como Telecinco. Sufrió hace un tiempo un infarto que le retiró de las pantallas de televisión.
Autora de Los Maestros de la República, comenzó su carrera periodística en prensa escrita en diarios como Informaciones y revistas como Triunfo y la mayoría de las revistas de la época. Vivió el golpe de Estado de 1981 en el Congreso de los Diputados haciendo lo que mejor sabia hacer, o sea, periodismo.
Hemos perdido una señora honesta, seria e inteligente, que se supo enfadar y mucho contra las injusticias y el despotismo ,y que también tuvo, una franca sonrisa para dar las gracias por un trabajo bien hecho.
Tan solo me resta decir, como a las maestras de la República, muchas gracias, directora, por ser como eras y por enseñar lo que enseñaste hasta en tu última comparecencia. Si me permites un ruego metafórico, guárdame un sitio a tu lado en la tertulia que montes donde estés.