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La policía como… – Por Sergio García de la Cruz

   

Servicio público. La policía hoy en día está configurada como un servicio público más que se presta al ciudadano, y este proscenio que parece que se desdibuja por momentos no puede ni debe perderse. Si pudiéramos observar desde un plano superior como se estructura esto podríamos pensar simplemente que en la cúspide se sitúa un gobierno y éste delega potestades en la policía, pero afortunadamente no es así. En el vértice se sitúa el pueblo y es este quien tiene el poder, poder que cede a unos representantes que deben hacer uso de él con gran diligencia. Cuando el gobierno dota de ciertas potestades a un cuerpo policial debe ser consciente que está entregando a ciertas personas la prerrogativa de que puedan actuar sobre ese mismo pueblo y aunque el tema pudiera parecer baladí, no lo es. La policía actual no debe llevar por bandera la represión, no es un cuerpo represivo en sí, aunque esto sea muchas veces lo que está percibiendo el ciudadano y en parte no deja de tener razón por cuanto que la actuación más premiada es la represión como: la detención o la sanción, esto es lo que prima; y se trata de una barahúnda interna que repercute en el exterior. Por otro lado, también existen muchas “leyendas urbanas”, una que me ha llamado la atención más recientemente es la relativa a que la policía es la que desahucia personas de sus hogares; esto es incierto, cuando la policía va a un desahucio es porque una autoridad le ordena que vaya, y cuando actúa es porque también se le da esa orden, incumplirla no solamente supondría perder su empleo, sino que también le acompaña pena de cárcel.

Ya a título individual todos somos conscientes de que cualquiera no está capacitado para ser policía y aunque esto ocurre en todas las profesiones, en esta tiene una especial relevancia por el poder del cual se le dota a cada uno de sus miembros, esto se traduce en muchas cuestiones; administrativamente, por ejemplo, tienen presunción de veracidad, algo que no ocurre ya frente a la justicia, pero hasta que llega este momento los atropellos de derechos o abusos de poder pueden ser irreparables. La policía debe actuar guiada por unos principios básicos de actuación y estos deben estar presentes en cada una de sus intervenciones, y como digo; ni todo vale, ni todos valen para esto. Deben dar un trato correcto y esmerado a los ciudadanos, proporcionando información amplia sobre causas y finalidades, esto es curioso porque incluso a veces ocurre que en nuestra relación con la policía solo recibimos monosílabos, el ser policía supone tener mucha habilidad social, este es el gran secreto.

Pero, lo cierto es que en general contamos con grandes profesionales en las distintas instituciones policiales de este país, personas sencillas que tienen bien presente que su labor es más humana que implacable, no podemos ser injustos con estos magníficos profesionales, personas con verdadera vocación de servicio héroes anónimos que ejercen esta profesión con convicción.

www.sergiogarciacruz.com