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Campaña de pulseras en las playas para medir la exposición solar

   
Las playas del sur de Tenerife albergarán esta campaña hasta finales de agosto. / DA

Las playas del sur de Tenerife albergarán esta campaña hasta finales de agosto. / DA

JOSÉ L. CONDE | Arona

Con un gesto tan sencillo y habitual como ponernos una pulsera o ponérsela a nuestros hijos podemos contribuir a mejorar nuestra salud en el futuro reduciendo de forma considerable el riesgo de padecer cáncer de piel. Por ello y para concienciar a la población de los riesgos de tomar el sol sin protección, Grupo Hospitalario Quirón ha puesto en marcha en las playas del Sur de Tenerife una campaña de prevención del cáncer de piel. Se trata de informar a la población sobre cómo resguardarse de la radiación solar y darles las herramientas para que lo puedan hacer. Por ello, además de folletos informativos con consejos sobre cómo protegerse de forma adecuada, en el desarrollo de esta campaña se están repartiendo unas pulseras de papel fotosensibles que cambian de color a medida que aumentamos nuestra exposición al sol. Al comenzar a usarlas son amarillas, pero a medida que absorben la radiación ultravioleta adquieren un color tostado, momento en el que avisa a su usuario de que debe volver a aplicarse crema protectora. Cuando se torna rosa indica que hay que cubrirse la piel y dejar de tomar el sol.

Ya se han repartido unas 1.500 pulseras Smartsun en las playas de Arona, Adeje, y Granadilla, al tiempo que se recuerda a los bañistas que en Canarias hay que usar protector solar todo el año y siempre con un factor de protección superior a 30. “La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo y nos protege del exterior al tiempo que nos conecta con él. Sin embargo, también es el más expuesto a las inclemencias y, en ciertos aspectos, el más vulnerable. La exposición al sol es un riesgo muy alto que debemos controlar. El bronceado no confiere en absoluto un aspecto saludable”, asegura Marina Rodríguez, dermatóloga de Grupo Hospitalario Quirón en Tenerife.

La doctora Rodríguez hace hincapié en que, aunque la protección debe mantenerse durante todo el año, ha de tomarse especialmente en serio los meses de verano, que es cuando se lleva menos ropa y se acude con más frecuencia a la playa o la piscina. Aconseja no exponerse en las horas centrales del día (12h-16h) y utilizar siempre gorras y gafas de sol. Asimismo, subraya que los niños menores de 3 años nunca deben ser expuestos al sol, pues está demostrado que las quemaduras durante la infancia multiplican el riesgo de sufrir cáncer de piel en la edad adulta.

En su opinión, una fotoprotección adecuada requiere, además de una aplicación correcta, la elección del producto idóneo para cada tipo de piel: para las grasas, lo mejor es usar protectores libres de aceites en forma de geles o emulsiones ligeras; mientras que para las secas, lo más adecuado es utilizar productos enriquecidos y que resulten, además, hidratantes. Indica que todos ellos deben ser de alto espectro, es decir, han de cubrir tanto los rayos UVA, como los UVB. En cuanto a la aplicación, se recomienda ponerse siempre la crema protectora, media hora antes de la exposición.