La Candelaria realiza simulacros para asistir posibles casos de ébola

El hospital tinerfeño cuenta con habitaciones de aislamiento. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Con más de 1.500 fallecimientos confirmados y cerca de 3.000 casos diagnosticados, la epidemia de ébola en África Occidental ha puesto en alerta los sistemas sanitarios de prácticamente todo el planeta. España, a donde se trasladó el primer paciente afectado fuera del continente negro, fue de los países más diligentes en actuar, hasta el punto de que su protocolo preventivo ha sido copiado por muchos.

Fruto de ese protocolo, según confirmaron ayer desde la Consejería de Sanidad del Gobierno canario, todos los hospitales de la red pública han consensuado un manual de asistencia básica ante la posible aparición de una persona infectada por el virus. Además, la Consejería ha escogido a los hospitales de La Candelaria, en Tenerife, y el Doctor Negrín, en Gran Canaria, como centros de referencia, ya que son los que cuentan con más medios y profesionales especializados en este tipo de procedimientos.

Según explicaron desde la Candelaria, “los responsables del hospital han estado trabajando en el desarrollo y aplicación de dicho protocolo durante tres semanas, celebrando reuniones con los jefes de servicio y mandos intermedios que tienen que ver en el proceso de atención ante un posible caso de ébola”. De igual modo, también se ha habilitado un espacio para llevar a cabo “simulacros de entrenamiento” para el personal del Área de Hospitalización, que sería el encargado de atender a estos pacientes. Todas estas actuaciones han sido coordinadas por la Dirección General de Salud Pública, que está en permanente contacto con el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad.

“Para la elaboración de este protocolo de actuación en caso de que aparezca un enfermo contagiado con el ébola se ha tomado como referencia -no sólo para la Candelaria sino para toda España-, el realizado por el Hospital Carlos III de Madrid, a donde se traslado a Miguel Pajares, el misionero afectado por el virus repatriado desde Liberia”, subrayaron las mismas fuentes.

Este procedimiento común de actuación, que se consensuó hace mes y medio con los responsables de alertas sanitarias de las comunidades autónomas y se acordó en la ponencia de alertas -en la que participaron los responsables de todas las autonomías-, tiene como objetivo garantizar la detección y el diagnóstico precoz de un posible caso de Enfermedad por Virus de Ébola (EVE), con el fin de adoptar de manera inmediata las medidas de control adecuadas para evitar la aparición de casos secundarios. Según destacaron desde Sanidad, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica ya contaba con un protocolo general de vigilancia de las fiebres hemorrágicas, por lo que tanto la definición de caso como las medidas a seguir están basadas en dicho protocolo.

Uno de los aspectos clave en este manual de actuación es el internamiento del paciente en una habitación de aislamiento, con presión de aire negativa, que ayuda a evitar que las enfermedades de transmisión aérea se escapen y contagien a otras personas. Cualquiera que entre o salga de estos habitáculos debe lavarse las manos cuidadosamente, y todos los visitantes y personal del hospital que vele por estos pacientes debe usar máscaras, batas y guantes. La puerta debe mantenerse cerrada en todo momento, y los enfermos solo se trasladarían en unas determinadas condiciones para hacerse pruebas específicas.