El informe sobre las balanzas fiscales que hizo público el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas hace unos días nos dejó a todos con la boca abierta. Mientras el Gobierno regional se lamenta día sí y otro también sobre lo mal que se comporta el Estado con las Islas y la escasa financiación que recibe el Archipiélago, el economista Ángel de la Fuente desvelaba que Canarias tiene un saldo fiscal positivo de nada menos que de 4.054 millones de euros. Según el informe, que analiza datos de 2011, los ingresos fiscales de Canarias ascendieron a 5.266 millones de euros y su aportación fue de 1.212 millones de euros. De la Fuente atribuye este superávit fiscal al Régimen Económico y Fiscal (REF) unos 2.400 millones de euros (1.130 euros por habitante), algo que rápidamente el Ejecutivo canario corrigió, ya que las aportaciones al REF no deben ser tenidas en cuenta ya que son aportaciones que vienen dadas por nuestra condición archipielágica y están contempladas en la Constitución. En el lado opuesto de esta balanza fiscal están Cataluña y Madrid, es decir que aportan más al Estado de lo que reciben, en definitiva, que son más solidarias. Sin embargo, De la Fuente desveló que Canarias, a pesar de ser una privilegiada fiscal y ser una de las regiones que más recibe del Estado, es de las que menos capacidad tiene para prestar los servicios que necesitan sus ciudadanos.
Esto ya lo han percibido o mejor dicho, lo perciben a diarios miles de canarios, no hace falta que venga un economista a confirmarlo, pero demuestra que algo se está haciendo francamente mal cuando el Archipiélago es la región que más dinero recibe y en cambio la que peor servicios da. ¿Está entonces el gobierno gastando bien los recursos? Obviamente no, porque las cuentas no cuadran. El presupuesto del Gobierno es a grosso modo como las cuentas de cualquier hogar. Ingresos y gastos fijos, a los que se unen extras e imprevistos. No se trata de gastar, sino de gastar bien, porque el problema no es lo que se gasta sino cómo se gasta y en esto último, Canarias suspende. A los ciudadanos lo que les interesa es que los recursos públicos (el dinero que han pagado con sus impuestos) se utilicen para mejorar sus condiciones de vida a través de unos buenos servicios públicos. No quieren una región ahorradora, quieren una región que gaste, y si es posible, que gaste bien. Por ello, lo peor de este informe no es que revela que las Islas reciben mucho dinero, es que dice al Gobierno que no lo gasta bien. A lo mejor es que hay que reorganizar las prioridades.