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Me han amado – Por Carmelo J. Pérez Hernández

   

A menudo el apóstol Pablo da muestras de una sabiduría fina, que le hace capaz de bucear por los lugares donde se alojan las experiencias más íntimas de las personas a las que se dirige en sus discursos y sus escritos. Es un maestro a la hora de poner en diálogo el sudor del día a día y la serena quietud a la que aspiramos todos en medio de nuestras batallas.

“¿Quién nos va a apartar del amor de Dios?”, es su proclama de este domingo. No se trata de una pregunta inocente ni, muchos menos, retórica. No es una invitación a jugar para ver quién tiene el dolor más grande. A fin de cuentas, Pablo se los conoce casi todos en propia carne.

Su aparente pregunta es en realidad una provocación que pretende motivar a los creyentes para que echen la vista atrás. Cientos de conversaciones, miles de confidencias se dan cita en la voz del apóstol, que resume en sus palabras el grito de cuantos temen alejarse de Dios por las circunstancias de la vida.
O porque se conocen bien a sí mismos y saben qué fácil es retirar el corazón de lo que de verdad importa.

No temas, hay descanso para quienes desean abrazarse a su fe, parece decir. “A nosotros nos han amado”, es su único argumento para garantizar la fidelidad. Y ésa es la clave: mira hacia atrás; si te ha amado Dios, no podrás ya nunca dejarle.

No hay nada tan poderosos en este mundo como para hacerte olvidar el amor de Dios si en serio has experimentado su calor. Ni todas las fuerzas de la naturaleza ni todos los dolores que nos habitan.

Nada es comparable al recuerdo de su regazo, a su forma de contarte quién eres en realidad, a la solidez de sus planes y al sol de sus mañanas.
Por eso, no es una cuestión más. Es la cuestión central. Una persona que no ha experimentado el amor de Dios puede llamarse a sí misma creyente y hasta convertirse en un buen soldado de la fe, pero no será nunca un testigo del Evangelio.

Es por ello que la invitación a echar la vista atrás es más que oportuna. Las huellas de aquel amor primero que nos hizo ser cristianos nos aguardan en lo más hondo para que retomemos fuerzas volviendo a él cuando hemos perdido el rumbo. Allí atrás está a a menudo la clave para seguir adelante.
Quien no mira atrás o no se pregunta si se siente amado por Dios engrosa la lista de los funcionarios de la fe, tan peligrosos ellos. Tanto más peligrosos cuanto más responsabilidad acumulen, cuanto más considerados estén.
Si te han amado, no temas. Nada te apartará del amor de Dios. Si esa experiencia fundante se ha ido desvaneciendo, este es buen momento para echar la vista atrás.

@karmelojph