JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
“El ébola es un virus del género ebolavirus, miembro de la familia Floviridiae (flovirus), junto con el género Marburg virus y el Cueva virus. El género Ebolavirus se compone de cinco especies diferentes: Bundibugyo, Zaire, Sudán, Reston y Tai Forest. Los tres primeros se han asociado con brotes en África, mientras que el Reston y el Tai Forest han sido hallazgos aislados. En este brote de Guinea, los resultados del estudio de secuenciación han mostrado una homología del 98% con el virus ébola Zaire notificado en 2009 en la provincia occidental de Kasai, de la República Democrática del Congo. Esta especie de virus ébola se ha asociado con brotes con una elevada tasa de letalidad”. Así comienza el procedimiento de actuación ante una sospecha de contagio por el virus del ébola elaborado por el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC) y de obligado cumplimiento para todo su personal.
Como publicó ayer DIARIO DE AVISOS, el HUNSC ha sido escogido por la Consejería de Sanidad como centro de referencia en la provincia, ante la posibilidad de que aparezca algún afectado por la enfermedad. Esta, que se ha cobrado ya la vida de más de 1.500 personas, ha salido del continente negro hacia distintos puntos de Europa y Estados Unidos, pero es “muy improbable” que provoque brotes de similares dimensiones a la que padecen Sierra Leona, Liberia, Conakry y Congo, los países con más casos detectados y más fallecimientos confirmados hasta la fecha. Para evitar que se puedan producir situaciones de riesgo, La Candelaria ha creado una “zona de alto riesgo” y ha habilitado un “pasillo de seguridad” para asistir a estos pacientes, como así consta en el referido protocolo de actuación al que ha tenido acceso este periódico. De igual modo, se han realizado simulacros de entrenamiento para el personal del Área de Hospitalización, que sería el encargado de atender a los infectados.
Como confirmaron fuentes del centro hospitalario, para la elaboración de este manual se ha tomado como referencia el procedimiento de actuación llevado a cabo por el Hospital Carlos III de Madrid, a donde se trasladó al religioso Miguel Pajares, hasta ahora el único español afectado por el virus que fue ingresado en un centro nacional. Además de información clínica y virológica básica, el protocolo define y clasifica los casos según estén en proceso de investigación o confirmados, en base a criterios clínicos y epidemiológicos. De igual modo, establece una vía de entrada al hospital por Urgencias y la inmediata preparación de la habitación de aislamiento en la que se ingresará al paciente.
En ella se establecerá un registro de control de entrada y salida al área de alto riesgo y se habilitará un habitáculo anexo donde se colocarán, entre otros, contenedores de residuos, lencería, menaje, pijamas, etcétera, desechables, así como toallitas húmedas de higiene y lejía para descontaminación inmediata.
Todo el personal que trate con el paciente deberá contar con un equipo de protección individual (EPI) y tendrá que seguir los circuitos de entrada y salida de la referida área de alto riesgo, según se expone en el procedimiento. Este también detalla la forma en la que se deberán extraer las muestras sanguíneas y de orina, la asistencia médica, cuidados de enfermería y la limpieza del box. Incluso, en el manual se especifica en sendos anexos cómo debe ser el empaquetado y etiquetado para el envío de especímenes diagnósticos, teniendo en cuenta que la sustancia que se manda a analizar puede ser infecciosa.
El protocolo elaborado por el Hospital de la Candelaria se publicó el pasado día 20 en la intranet del centro, para que todos los trabajadores sepan cómo actuar en caso de que llegara un caso sospechoso, algo que, dicho sea de paso, no ha ocurrido hasta el momento. En otro de los anexos del mismo, se adjunta un formulario de recogida de información para casos en investigación, que incluye datos del riesgo, motivos de estancia en países endémicos o contactos directos con un caso.
Por último, siguiendo las indicaciones del Ministerio de Sanidad, en el hospital tinerfeño se han instalado carteles informativos en español e inglés en el que se avisa de la “alerta sanitaria por ébola”, en los que se deja claro que el riesgo de que una persona haya estado expuesta al virus durante su estancia en los países afectados es “muy bajo”. “No obstante, la enfermedad del ébola es grave, a menudo mortal, por lo que hay tener en cuenta una serie de precauciones a su llegada al hospital, como prestar mucha atención a su salud durante los 21 días siguientes y si en este tiempo presenta súbitamente fiebre de 38 o más grados, dolores musculares, de cabeza, dolor de garganta, vómitos y hemorragias”, concluye el protocolo.