X
TENERIFE >

Antonio Méndez: “Tanta policía y tanto gasto para echar a dos viejos a la calle”

   
<
>

Fotos ANDRÉS GUTIÉRREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Tacoronte

El viernes 19 de septiembre será una fecha imborrable para muchos vecinos de Tacoronte ya que se produjo lo que tanto temían: el desalojo de Antonio Méndez y Berta Ferreiro de su casa, ubicada en el número 102 de la calle Ismael Domínguez, donde residen desde 1986. A las 08.30 horas y con un gran despliegue policial, el matrimonio de septuagenarios se vio obligado a abandonar la vivienda pese a todos los intentos, incluso de madrugada, que se hicieron para poder llegar a un acuerdo con Urbano Hernández, el vecino que los denunció porque su casa se asentaba sobre los pilares de la vivienda de la pareja.

Un hecho falso que ha sido demostrado con pruebas cartográficas y periciales, tal y como lo prueba el informe elaborado por la Oficina Técnica Municipal del Ayuntamiento de Tacoronte el 5 de septiembre. Urbano era el único que podía parar el desalojo pero no lo hizo a pesar de la fuerte presión vecinal.

“Tanta policía y tanto gasto de Estado para echar a dos viejos a la calle”, declaró Antonio Méndez casi una hora después de abandonar su casa, cuando sacó fuerzas para salir a la calle y agradecer todo el apoyo recibido. También tuvo palabras para el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero: “Me dio la manita, un besito. Yo no le pedí nada, lo único que quería es que no me sacaran la casa”, dijo en referencia a su encuentro con el mandatario el día de la peregrinación a Candelaria.

Berta y Antonio vivieron ayer su noche más larga y triste. Desde las 20.00 horas estuvieron en la sede de la asociación de vecinos El Casco distendidos y arropados por familiares, amigos y conocidos. Pasada la medianoche, cuando miembros de la Plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH) y Yo también vivo en el 102, anunciaron que no había posibilidades de llegar a un acuerdo con el vecino colindante, la pareja se trasladó a su domicilio donde pasó sus últimas horas, junto a unas 30 personas que les ayudaron a sacar las pertenencias que todavía quedaban en el interior. Las prisas obligaron a embalar la ropa con perchas y a desarmar grandes muebles. También quitaron puertas, ventanas y enchufes en el domicilio hasta que resultó irreconocible para el perro que tiene la pareja, que deambulaba de un lado al otro intentando examinar el terreno, en el que también se produjeron varios destrozos. El objetivo a conseguir era que la herencia material que se dejaba en el lugar fuera “nula” para Hernández. No así la sentimental, que reflejó la rabia, el dolor y la impotencia de los allegados a Berta y Antonio, quienes pintaron todas las paredes de la vivienda con mensajes dirigidos a la jueza que ordenó el desalojo y para el vecino de al lado. “Urbano eres inhumano”, “Los perdedores somos invencibles”, “Te pudrirás en el infierno”, “Antonio esta es tu casa” y “jueza cabrona”, forman parte de la nueva decoración de la vivienda.

Al mismo tiempo, en la calle, los manifestantes comenzaban a concentrarse a unos 50 metros del número 102 dado que el exagerado operativo de seguridad montado para la ocasión, conformado por unos 15 furgones de la Guardia Civil, dos de ellos del operativo antidisturbios, y unos 60 efectivos, les impedían llegar. Ni siquiera pudieron hacerlo el alcalde, Álvaro Dávila; la concejal de Servicios Sociales, Virginia Bacallado, y la abogada de esta área, Lucy Cova.

El matrimonio esperó los últimos minutos antes de ser desalojado sentado en la escalera de su casa dado que el único sofá que había se utilizó para bloquear el acceso de la comisión judicial. Fue allí el primer momento en el que se vio flaquear a Antonio, agotado y con la incertidumbre de no saber ni siquiera dónde iban a ir. Cuando los golpes en la puerta anunciaron que el momento que nadie deseaba había llegado y los agentes entraron en la casa con escudos, los allí presentes gritaban que “no eran etarras y que el ladrón estaba al lado”. La resistencia fue pacífica, como estaba acordado, y no hubo incidentes. La pareja fue trasladada a la casa de una vecina donde recibió asistencia médica y psicológica. Casi una hora después, Antonio se atrevió a hablar. Aunque lo hizo solo ya que su esposa no se encontraba en condiciones de acompañarlo. “La justicia es para unos pocos, que los jóvenes lo tengan en cuenta para que no los pisoteen cuando tengan más años”, dijo. “Yo hoy he cumplido mi sentencia, ahora empiezo con fuerzas un procedimiento nuevo pero esta vez con un abogado de verdad”, añadió. En los mismos términos se pronunció la portavoz de la PAH, Inma Dévora, quien advirtió que el proceso “no se acaba aquí sino que se seguirá luchando para que finalmente se haga justicia”.

El alcalde afirma que la pareja ya tiene casa

El alcalde de Tacoronte, Álvaro Dávila, confirmó ayer tras el desalojo que ya hay una casa preparada para Antonio Méndez y Berta Ferreiro en la misma calle, a escasos metros de la suya, justo enfrente del polideportivo. De hecho, añadió que el matrimonio no trasladó allí sus muebles puesto que la vivienda ya está equipada con todo lo necesario.

Dávila admitió que se realizaron numerosos intentos entre las partes para evitar este conflicto y aseguró que a partir de ahora se estará pendiente de la vida en esta calle por miedo a que haya represalias por parte de los vecinos, sobre todo, contra Urbano Hernández.