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El fin de la renta antigua afecta a más de 7.000 negocios en el Archipiélago

   
Imagen de la calle Castillo, en el centro de Santa Cruz, durante las pasadas rebajas.  / A. G.

Imagen de la calle Castillo, en el centro de Santa Cruz, durante las pasadas rebajas. / A. G.

MARÍA FRESNO | Santa Cruz de Tenerife

El próximo 1 de enero dejarán de estar en vigor los contratos de alquiler de renta antigua, tanto en locales comerciales como en viviendas. Más de 7.000 negocios se verán afectados en Canarias por esta norma que, a nivel estatal, alcanza casi los 200.000, según datos de la organización de autónomos UPTA. El centro de Santa Cruz de Tenerife, por ejemplo, ya ha visto como negocios de toda la vida como El Kilo, la librería La Isla o el Corte Inglés, han cerrado o se han trasladado a un local más pequeño como consecuencia de la llegada del mercado libre.

La norma establece que todos aquellos contratos firmados antes del 9 de mayo de 1985 deberán renegociar sus condiciones o abandonar el local, al cumplirse los 20 años de prórroga fijados en la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994.

Momento crítico
El presidente de UPTA Canarias, César García, reconoció que tanto propietarios como comerciantes han tenido tiempo suficiente como para resolver la situación, pero recordó que la obligación llega en un momento “crítico” para el sector; en plena crisis, y con locales comerciales cerrando. García explicó que los afectados no serán solo los 7.000 locales sino que también habrá daños colaterales en el empleo que dan estas pymes, porque la presión recaerá sobre el comercio minorista, despachos profesionales, ocio y restauración, talleres de restauración y zapaterías, entre otros. Por este motivo, desde UPTA se ha pedido una nueva prórroga de cinco años, con pequeños incrementos anuales, para que los negocios vayan adaptándose a los nuevos precios y que no suban “de sopetón”. “El PP ha dicho que no argumentando que hay pensar en el propietario y porque han tenido 20 años para irse adaptando. Esta claro que la apuesta del Gobierno es por el comercio del extrarradio y las grandes superficies”. García señaló que lo importante ahora es llegar a un entendimiento entre las partes, para que el propietario no pierda el alquiler y para que el empresario no tenga que cerrar. “Si el propietario quiere especular o espera el chollo de una gran franquicia, tiene todas las de perder”, remarcó. Asimismo, indicó que la “medida más inteligente” es negociar y mantener un local que, por regla general, lleva años en ese lugar y que ha pasado de padres a hijos, e ir subiendo la renta poco a poco para que todos ganen”.

La Unión de Profesionales Autónomos ha puesto a disposición de todos los usuarios una plataforma denominada No al cerrojazo en su página web upta.es para asesorar a todos los interesados sobre cualquier duda, ya que advirtió hay comerciantes que se encuentran con que los dueños de los locales ya no son personas físicas, sino fondos buitre o, incluso, entidades financieras. “Con solo poner los datos nosotros nos ponemos en contacto y le asesoramos sobre cualquier duda”, declaró César García.

El presidente de la asociación de autónomos de Canarias (ATA), Juan Carlos Arricivita, admitió también que no es un buen momento para la subida de alquileres, pero indicó que 20 años es tiempo suficiente para irse adaptando. Del mismo modo, aseguró: “Lo más normal es que las partes hayan llegado a un acuerdo”. En este sentido, recomendó que el entendimiento tiene que ser fundamental, porque, según apuntó: “El empresario tiene que tener en cuenta que muchas veces el propietario vive de esta renta, y éste último, que tener un local cerrado también supone muchos gastos, porque los impuestos se siguen pagando”.

El secretario general de federación de áreas urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, fue menos alarmista y afirmó que el impacto “será menor de lo que se espera”, ya que hay muchos comercios que han llegado a acuerdo con los propietarios y otros que han cerrado, o bien porque el empresario se jubiló o bien por la propia crisis económica. “Serán los menos los que tengan que cerrar por este motivo”, apostilló. Además, remarcó que la crisis ha rebajado bastante los alquileres.

Moujir reconoció que es cierto que la mayor parte de los locales comerciales estarán en el centro, pero aseguró, “en la calle Castillo no quedarán ya más de dos o tres negocios con renta antigua”.