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‘La hija bastarda de Dios’

   
Mónica Martín Manso. / DA

Mónica Martín Manso. / DA

POR JUANCA ROMERO HASMEN

Entrar en una librería sin el agobio del reloj y dejándote llevar por la atracción de los libros, es una de las más placenteras sensaciones que se puedan vivir. Hay libros que sin haberlos tocado, atraen por su portada o su título, o porque simplemente parecen llamarte para que te hagas con ellos. Y así me ocurrió con La hija bastarda de Dios (Ediciones Dauro), ópera prima de la escritora Mónica Martín Manso; lo miré, me miró, me acerqué, se dejó coger, y acabó entre mis manos cual tesoro encontrado para sorpresa y disfrute con su lectura. Potente título, toda una sorpresa descubrir que la crucificada de la portada es la propia autora, y un pasar de páginas que no deja de sorprenderlos continuadamente. Esta semana he tenido la ocasión de hablar con esta segoviana de nacimiento y residente en Valladolid, y establecer una distendida charla en torno a su magnífico libro.

-Sin duda, La hija bastarda de Dios es una obra arriesgada y valiente. ¿No le asusta lanzar un primer libro cargado con tanto “explosivo”?
“Bueno, ¿qué mejor manera de empezar que a lo grande? Aunque siempre digo que he escrito el libro que quería escribir, del modo que quería escribirlo y que me gustaría leer como lectora, independientemente de la aceptación, de las repercusiones o las críticas que se puedan verter sobre él”.

-¿Es la suya una novela nacida para trasgredir?
“Supongo que algunos la verán así, otros como un ataque a la tradición, y otros no tendrán ningún pudor en tacharla de aberración o de blasfemia. Pero, objetivamente, quizá su contenido no sea tanto para trasgredir como para hacer pensar, e incluso reflexionar sobre cuáles son realmente las bases en las que se cimentan las creencias y de las que se alimenta la fe”.

-¿Una verdad no discutida corre riesgo de ser una descomunal mentira?
“No, una verdad no discutida corre el riesgo de ser una verdad olvidada, porque los dogmas y las doctrinas que se declaran como ciertos se han vuelto afirmaciones estáticas, incuestionables y se enseñan como algo universal y absoluto, sin que nos den pie o nos dejen margen para discutirlas o, llegado el caso, desmentirlas”.

-¿Es la Iglesia Católica la gran mentira universal?
“Tal vez es la artífice de la mayor mentira de todos los tiempos. Si se deja a un lado la fe y los datos se analizan fríamente con la razón, te das cuenta que el cristianismo no es más que una religión hecha a medida, un producto, un plagio de otras tantas que surgieron con anterioridad, con un Mesías de laboratorio y unos dogmas acordados a conveniencia”.

-704 páginas, 30 capítulos… ¿Cuánto hay de la autora en este intenso e interesante libro?
“Creo que todos los personajes que forman el elenco principal de la novela tienen algo mío. Habito en cada uno de ellos, bien sea a través de cualidades, virtudes, defectos, emociones, puntos de vista o juicios de valor, pero estoy presente. Pienso que todos los escritores en mayor o menor medida compartimos o cedemos parte de nuestra piel a los personajes que creamos. Es inevitable”.

-¡Con la Iglesia hemos topado! ¿Ha habido reacciones sobre su novela por parte del sector eclesiástico?
“Es relativamente pronto. La hija bastarda de Dios está comenzando a darse a conocer ahora. Es una recién llegada, pero no me cabe ninguna duda que la Iglesia se echará las manos a la cabeza y tendrá mucho que decir al respecto cuando sepa de su existencia. No tardará en pronunciarse, seguro. Sí es cierto que ha habido algún que otro devoto que se ha apresurado a tachar la portada de blasfemia y me ha instado a reflexionar acerca de si no temo ir ‘al infierno de los pecadores y los blasfemos’ (palabras textuales) por haber escrito algo semejante”.

-Siete Arcángeles, una profecía, una joven experta en arte, descubrimientos arqueológicos, una trepidante narrativa que hace temblar los cimientos de la lectura… Al margen de lo polémico de los temas tratados, ¿estamos frente a un libro con clara vocación de entretenimiento y reflexión?
“Por supuesto, cualquier libro de lectura tiene que entretener. Creo que esa es su función principal, trate el tema que trate y sea del género que sea. Por otro lado, que el argumento toque un tema tan controvertido, que la trama beba de datos, fechas, nombres y lugares reales, invita casi forzosamente a la reflexión, a pararse a analizar la autenticidad del conjunto de dogmas en que se sustenta el cristianismo. En alguna ocasión he dicho que ni este libro ni cien como este lograrán que una persona deje de creer, cognitivamente es imposible en creencias tan arraigadas como las religiosas, pero también añado que no está de más contar esa otra parte de la historia que no se considera oficial y se intenta ocultar por todos los medios”.

-¿Hay que estar un poco loca (entiende la expresión) para fusionar religión, sexo, Historia y acción?
“Sí, realmente hay que estarlo, no lo niego. Pero precisamente es esa mezcla un tanto excéntrica y osada, según se mire, la que hace de La hija bastarda de Dios un libro polifacético, con varias caras y, por tanto, distinto. El gusto de los lectores es extraordinario y heterogéneo. Creo que no es mala idea deleitar a todos un poco”.

-¿La fórmula del crowdfunding (micromecenazgo) es recomendable para lograr financiar una obra literaria en España?
“Mi opinión en este caso no abarca una visión completa. En un principio mi novela iba a ser autopublicada, prueba de ello es que soy yo misma quien protagoniza la portada pero, casualmente, cuando me encontraba inmersa en el proceso de crowfunding me llamaron de Ediciones Dauro para comunicarme que les había gustado mucho mi novela y que estaban interesados en publicarla. A partir de ese momento pasé de la idea de la autopublicación a ser publicada por una editorial convencional. Pero, llegado el caso, es una forma como otra cualquiera de editar tu libro y tener, como mínimo, una primera edición”.

-La hija bastarda de Dios frente al lector; ¿Cómo se ha comportado hasta ahora?
“La verdad es que está teniendo muy buena acogida y las críticas están siendo muy satisfactorias. Me ha sorprendido mucho personas que se lo han leído en dos o tres días, en cinco, que te dicen que no podían dejar de leer, que se han quedado enganchadas leyendo hasta altas horas de la madrugada teniendo que levantarse por la mañana para ir a trabajar. Personas que han llorado y se han emocionado con el final. Lectores que me han felicitado por el trabajo de documentación o por la numerosa información que hay de los cuadros que describo… No me puedo quejar”.

-Gracias Mónica por compartir estas líneas con los lectores de Ángulo 13 en el decano DIARIO DE AVISOS.
“Gracias a ti, Juanca, por permitir que pueda compartir estas líneas con vosotros. Ha sido un placer”.