JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Psicóloga y profesora de Didáctica e Investigación Educativa, Miriam González Afonso es especialista en orientación académica e inserción profesional. Por ello, y por su amplia experiencia en ambas facetas, fue nombrada hace dos años vicerrectora de Alumnos de la Universidad de La Laguna (ULL). Desde entonces, le ha tocado asistir a una de las épocas más convulsas para los estudiantes de la institución académica, cada vez más asfixiados por la falta de ayudas y las nefastas políticas de becas puestas en marcha por los últimos gobiernos. De todo ello dialoga en esta entrevista con el DIARIO.
-Se acaba de iniciar el curso y se han publicado los datos del pasado, que reflejan una caída de casi un 20% del alumnado de la ULL. ¿Es tan preocupante la situación como revelan las cifras?
“Es una buena noticia que parte de esa reducción sea porque los estudiantes puedan permanecer solo el tiempo que duran sus estudios de grado, que ahora son cuatro años. Y evidentemente, cuando las carreras eran de cinco, la cifra era mayor. El problema está cuando la reducción de alumnos se debe a que un estudiante no pueda empezar sus estudios o continuarlos, y esa es la preocupación que le hemos trasladado a los responsables públicos”.
-¿Qué parte de culpa de esa reducción en la cifra de alumnos la tiene la política de becas actual?
“Mucha. Porque, aunque los datos demuestran que el número de alumnos que solicitan una beca se ha mantenido e incluso aumentado, no así las cuantías y, sobre todo, el momento en el que llegan esas ayudas. Por ejemplo, el pasado miércoles se inició el curso escolar y tuvimos una sesión con los alumnos de nuevo ingreso, donde salió el tema de las becas. La mayoría nos preguntó cuándo saldrán las becas, porque de ellas depende que puedan seguir estudiando y todo lo que conlleva el día a día como estudiante universitario”.
-¿Es esta la situación más complicada que ha vivido la ULL en su historia reciente?
“Es cuando más dificultades están teniendo los alumnos para estudiar, porque las matrículas son uno de los principales sustentos de la institución. Hemos tenido que aumentar las ayudas que damos desde la propia institución, y hemos buscado el apoyo de otras entidades públicas y privadas para conseguir más convocatorias de becas, dadas las dificultades por las que atraviesan las familias”.
-¿Se hace cada vez más complejo compaginar la política de becas estatal y autonómica con los periodos de matriculación y pago?
“Sí. Cada vez es más difícil, porque el alumno se matricula en el mes de julio y las solicitudes de las becas no se cierran hasta octubre. Y luego hay que esperar a la baremación, por lo que dado el volumen de alumnos solicitantes, las adjudicaciones no se suelen producir hasta enero, cuando ya ha pasado medio curso. Por lo tanto, cuanto más tarda el alumno en obtener una respuesta, y si luego se la deniegan, muchos estudiantes no tienen tiempo suficiente para fragmentar el pago, lo que hace que sea mucho más complicado que puedan seguir estudiando”.
-¿Cómo podría resolverse este problema?
“Se podría adelantar a junio la baremación, al mismo tiempo que el alumno se matricula, porque en la documentación que tienen que presentar ya aparecen los datos económicos que le pueden permitir o no acceder a esa ayuda. Esto permitiría que en octubre el alumno supiera si le han concedido o no la beca.
-Da la sensación de que cada vez se ponen más trabas a los estudiantes, máxime dadas las dificultades que tienen muchas familias en estos momentos. ¿No cree?
“Pero se trata de dificultades económicas, no de acceso a los estudios. Porque la universidad tiene una serie de ayudas y ofrece posibilidades que permiten a los alumnos contar con todos los medios para poder cursar los estudios que escogen. También hemos percibido una menor movilidad de los estudiantes, que ya no van a estudiar tanto a otros distritos”.
-La ULL puso en marcha el año pasado una serie de medidas para flexibilizar las matrículas, ampliando al máximo los plazos. ¿Dieron resultado?
“Sí. No sólo se ampliaron los plazos, sino que los alumnos tenían la posibilidad de abonar solo el seguro escolar si eran becarios condicionales. También se creó la modalidad de anulación de asignaturas, que hasta ahora no existía, de tal forma que si un alumno sabía que se le había negado la beca, podía anular aquellas asignaturas que le permitieran seguir estudiando. Todo eso complementado además con el aumento de las ayudas propias y de entidades colaboradoras de la universidad”.
- ¿Comparte el crítico discurso del rector durante el acto de apertura del curso, en el que acusaba al Gobierno de Canarias de estrangular financieramente a la ULL?
“Por supuesto que lo comparto. Es evidente que la universidad ha hecho una contención del gasto y ha reducido al máximo todas sus partidas, modificando incluso procedimientos con el fin de seguir manteniendo las ayudas al estudiante. De hecho, la única partida que no se ha tocado ha sido la de ayudas al estudiante. Pero ya no podemos seguir con más reducciones, porque no se pueden hacer más cambios estructurales, como por ejemplo ha sido la fusión de centros y departamentos. No podemos aguantar más esta situación”.
-¿Y percibe el alumnado esa sensación de que la educación superior cuenta cada vez menos para los dirigentes políticos y las administraciones públicas?
“Los estudiantes valoran muchísimo su formación universitaria, y hacen un gran esfuerzo por continuarla y terminarla. Muchos vienen al Vicerrectorado de Alumnos a buscar ayudas para continuar su formación, porque son conscientes de que su futuro pasa por tener una buena formación y un título universitario. Evidentemente, cada vez encuentran más trabas; por eso nuestro objetivo es buscar soluciones a los problemas que ellos nos plantean”.
-¿Cuál es el futuro más inmediato de la Universidad de La Laguna si se confirma que se va a congelar de nuevo la partida presupuestaria que recibe?
“Nosotros seguiremos en la misma línea de establecer convenios con instituciones públicas y privadas que nos permitan obtener ese dinero para hacer unas convocatorias de ayudas en distintas líneas de trabajo, sobre todo para el transporte y el desplazamiento, porque en lo que se refiere a las tasas de matrícula ya lo tenemos cubierto”.